Octogésimo capítulo

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[Solo déjame estar contigo.]

Hado ya tenía su nueva perforación, había decidido hacérselo en su labio inferior en el lado derecho. Le quedaba bien, sus labios eran anchos y le lucía un adorno como ese ahí. Togata había sido el segundo en pasar y cuando salió de la pequeña habitación tenía su perforación ya puesto en el área de su ceja. Parecían dos bolitas pegadas arriba y abajo de ella. Luego motivé a Amajiki a pasar, ya que aún parecía algo inseguro, pero al final entre Togata y yo logramos que él se hiciera el piercing que quería. Fue bastante rápido y cuando salió, pude ver que se había perforado una de sus orejas. Su rostro estaba rojo por la vergüenza, pero todos lo elogiamos, afirmándole que se veía muy bien. Después de eso, mi turno había llegado y entré con calma a la habitación en donde la chica tenía todas sus herramientas.

— Al fin nos vemos de nuevo —comentó la chica, siendo igual de amable que hace un rato— ¿qué quieres que te haga? Si aún estás indecisa puedo decirte varios modelos y opciones —sugirió.

— No hace falta, sé lo que quiero hacerme —respondí— quiero uno en la lengua —dije.

La chica, que como ella hace un rato había dicho se llamaba Takeyama, se sorprendió, pero luego sonrió.

— Ya veo, eres de las atrevidas —bromeó— entonces hagámoslo, lo que sí te diré es que este tipo de perforaciones es preferible que vengas con la cavidad bucal limpia, ya que es un lugar que guarda muchas bacterias, pero si irás a tu casa rápido después de aquí tienes que lavarte con un enjuagador bucal enseguida —advirtió.

Asentí, entendiendo a la perfección sus instrucciones.

— Y que el enjuague bucal sea sin alcohol, si no sufrirás bastante —agregó— al final te daré indicaciones más claras, ahora comencemos —después de decir eso buscó lo que necesitaba para poder hacerme la perforación.

Me senté en una silla algo alta en lo que ella se preparaba. Se puso guantes nuevos, luego agarró sus utensilios y se acercó a mí.

— Saca tu lengua, por favor —pidió.

Hice caso y expuse lo más que pude mi lengua. Desinfectó el área y después marcó el lugar en donde me pondría la perforación. Mientras ella hacía todo eso, yo solo la miraba. Estaba muy concentrada y eso me daba un poco de risa, era linda la chica. Noté como agarró algo de la mesita que ella tenía en su lado derecho y lo desinfectó también para después acercarlo a mí. Sentí frío, era como metal inmovilizando mi lengua, y con eso no tardé mucho en darme cuenta de que era una pinza.

— Voy a llevar a cabo la perforación ahora, respira hondo —avisó.

Inhalé con profundidad, tal y como me lo había dicho ella, y en ese momento sentí una pinchada en el medio de mi lengua. Dolía, pero... lo podía soportar. Comparado con otros dolores que había experimentado, esto no era nada. Así que solo hice una muy leve mueca y esperé a que ella terminara. En solo unos cuantos segundos más ya me había colocado el pendiente.

— Listo —sonrió.

Se quitó los guantes y los botó en un cesto de basura que tenía a sus pies.

— Vaya, aguantaste como toda una campeona, me han tocado otros que lloran o se ponen muy nerviosos —felicitó.

Solté una suave risa.

[Alfas] - Bakugo y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora