Octavo capítulo

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[Contigo.]

Bakugo acarició un poco mi intimidad por encima de mi ropa interior, y sólo con eso me estremecí. Me quito un poco la sabana, y alzo la camiseta un poco para poder bajar mis bragas. Mi respiración era torpe, y quería que Bakugo por fin hiciera un movimiento. Beso mi cuello, y su mano bajo mas hacia mi intimidad. Su dedo índice comenzó a hacerse pasó en mi parte íntima, y sin poder evitarlo apreté mis piernas.

—Sentí su respiración en mi oreja— Si cierras tus piernas me pones un poco complicado el trabajo —dijo, para al final lamer mi cuello.

Mi cuerpo tembló por no saber manejar bien el placer, y abrí un poco mis piernas de nuevo para que Bakugo sumergiera más su dedo en mi interior. Él lo fue entrando de manera lenta, y cuando estuvo su dedo índice a dentro por completo, empezó a simular pequeñas embestidas.

—Apreté con una de mis manos uno de los hombros de Bakugo— M-Mierda... —solté eso, para tapar un poco lo excitada que estaba.

Sentí otro dedo presionando para entrar en mi interior, y eso me hizo gemir.

— ¡Mhm! —mordí mi labio inferior, mientras que Bakugo seguía embistiéndome con su dedo índice junto con el del dedo medio.

Yo moví un poco mis caderas para que sus dedos llegaran más profundo, y cerré mis ojos disfrutando la placentera sensación. Bakugo beso mi cuello, mientras seguía haciendo su trabajo en mi zona íntima. Yo soltaba gemidos, y suspiros. Mi respiración era pesada, y entrecortada. Un tercer dedo se hizo presente, y la velocidad de las embestidas empezaron a ser más rápidas.

— ¡Mhmm! Sigue... —pedí, moviendo más mis caderas.

Sentía como todo mi cuerpo ardía, y como los feromonas inundaban la habitación. Yo busque la cabeza de Bakugo con los ojos cerrados, y puse mi mano en su nuca, acercándolo a mi un poco brusco, al final para poder besarlo. Él correspondió el beso, y aumentó la fuerza de las embestidas que me daba con los dedos. Yo gemía entre el beso, y podía sentir como las feromonas de Bakugo se mezclaban con las mías.

—Mordí el labio inferior de Bakugo, sacándole un pequeño gruñido— ¡Ah...! —Dios, debería controlarme un poco, los demás me pueden escuchar— e-estoy a punto... —avise, provocando que Bakugo me besara con fiereza, metiendo su lengua para profundizar más el acto.

Bakugo movía sus dedos justo como a mi me gustaba, con su dedo pulgar jugaba un poco con mi clitoris, y eso hacía que todo mi cuerpo sintiera escalofríos de placer. Bakugo chupó un poco mi labio inferior, y en ese momento yo me libere. Sentía que había sido uno de mis mejores orgasmos, bastante simple, pero sintiendo placer cada segundo que pasaba.

—Bakugo dejó besos húmedos por mi cuello, y yo intentaba reincorporarme— Esto no es nada con todo lo que puedo hacerte sentir —dijo cerca de mi oído, y al final mordió el lóbulo del mismo.

—Agarre su nuca, y los cabellos que habían en esa área— Pues, ¿por que no me enseñas una de las tantas cosas que puedes hacer? —sonreí, mostrando mis colmillos.

Bakugo me beso, poniéndose encima de mi. Cuando nos separamos, le incite a quitarse la camisa, para que dejara su torso al descubierto. Se quitó el pantalón, y buscó en la gaveta que estaba al lado de la cama algo. Escuche como una envoltura fue abierta, y capté que eso debía ser el preservativo. Yo me senté un poco en la cama, y entrelacé mis manos atrás del cuello de Bakugo.

Bakugo encendió una pequeña luz para que pudiéramos ver un poco lo que hacíamos. Nuestros ojos conectaron, y yo me sentí en otro mundo. No sabía si era por mi celó, o por que realmente Bakugo hace que yo me sienta...

[Alfas] - Bakugo y tú Where stories live. Discover now