Noveno capítulo

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[Decepción.]

Me removí en la cama al despertar un poco de mi sueño. Mis ojos se fueron abriendo de forma lenta y pesada. Al estar un poco consciente me di cuenta del vacío que había en el otro lado de la cama. Observe que Bakugo ya no estaba en la habitación y suspire. Me quedé acostada en la cama, la cual estaba fría por que la habitación de Bakugo tenía aire acondicionado y todo estaba bastante fresco. Y claro, estar sin ropa interior también ayudaba.

La puerta fue abierta y lo primero que vi fue la cabellera ceniza de Bakugo.

—Él tenía en sus manos dos platos con desayunos diferentes— Que bueno que ya despertaste —fue lo primero que dijo al verme.

Él se sentó en la orilla de la cama, y se volteó para poder verme.

—Me ofreció el plato que tenía pancakes en él— Toma —me acerqué y lo tome entre mis manos.

El plato que tenía Bakugo tenía un pancake.

—Me quedé un momento en silencio— Gracias... —dije bajo, y comencé a comer los pancakes que Bakugo me había dado.

Él no respondió a lo que yo le dije, y siguió comiendo.

—Trague un pedazo de pancake que había metido a mi boca— ¿Lo hiciste tu? —pregunte, sin dejar de mirar el plato.

— Si... —asentí cuando respondió.

— Sabe muy bueno... sé que hacer pancakes no es la gran cosa pero hay que tener buena mano para que no quede muy dulce ni muy soso —comente, y comí mas de esos deliciosos pancakes.

Bakugo se volvió a quedar callado, y yo decidí no decir más nada. No soy de las personas que están detrás de alguien mas, tengo dignidad, y si noto que no me quieres hablar, pues mejor me alejo y le doy su espacio. No sé por qué se está comportando extraño, pero tampoco le preguntaré. Cuando termine de comer, me levante de la cama dispuesta a salir de la habitación para lavar el plato.

— No vas a salir de esa manera —pare mis pasos al escuchar a Bakugo decir eso.

—Me giré para poder verlo a la cara— ¿Sabes que esta camisa me tapa todo el cuerpo? ¿Verdad? —pregunte un poco obvia.

—Bakugo estaba serio— No saldrás así, y no lo volveré a repetir —apreté mi mandíbula al escuchar esa orden.

— ¿Por que siempre crees que puedes darme órdenes? —pregunte, molesta— puedo salir si se me pega la puta gana —me di la vuelta para abrir la puerta.

— Quieta —uso su voz de alfa y eso hizo que todo mi cuerpo se paralizara— ya te dije que no saldrás así —escuche como se levantó de la cama, y cuando estuvo frente a mi, tomó el plato que tenía en mis manos— ve a la cama, vuelvo ahora —yo tarde un poco en seguir esa orden, pero la intensa mirada de Bakugo provocó que mi alfa cediera.

Me senté en la cama de mala manera y muy molesta, mientras veía como Bakugo salía de la habitación.

A veces te odio.

Pasaron unos minutos hasta que Bakugo volvió a la habitación. Bastó con que él pusiera un pie en el cuarto para que yo empezara a gruñir.

—Él camino hacia su armario para buscar quien sabe que— No quiero oír tus gruñidos —espetó un poco molesto.

[Alfas] - Bakugo y tú Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ