Séptimo capítulo

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[Un trató.]

Me había quedado dormida en el camino hacia al lugar que Bakugo le había dicho a Kirishima, que yo desconocía cual era. Cuando llegamos, Bakugo me movió un poco para que despertara, aún seguía en mi forma de lobo. Kirishima abrió la puerta de nosotros para que nos bajáramos, y yo baje del auto aún en cuatro patas. Yo busque a Bakugo con la mirada, y cuando lo encontré lo seguí.

Observe que estábamos frente a una casa, bastante grande de hecho. Bakugo abrió la puerta de la entrada, y nos dejó entrar. Chille al sentir una punzada en mi pata, y le di una pequeña mirada, observando la sangre caer de la herida.

— Ven... —Bakugo me hablo, y comenzó a caminar para que yo lo siguiera.

Mientras caminábamos por los pasillos, yo me dedicaba a ver un poco la casa, y la decoración de ella. Llegamos a una habitación, y cuando los dos entramos a esta, él cerró la puerta.

— ¿Puedes volver a tu forma humana? —preguntó, mirándome desde arriba.

Yo negué con la cabeza, tirándome en el suelo cansada.

Me duele el cuerpo.

Bakugo se transformó de nuevo en su forma de lobo, quedando parado en sus cuatro patas frente a mi.

Se ve muy dominante.

Bajo un poco su cabeza hacia mi, y rozo nuestras mejillas con cariño. Eso no me lo esperaba, pero disfruté el momento. Sentí como su lengua pasaba por la herida de mi cuello, y eso hizo que me sobresaltara.

Me da miedo sentir.

—Se alejó un poco para poder verme a los ojos, y decidió hablarme por telepatía— Tranquila... —su voz ronca hacía que sintiera calma— esta es la forma más rápida para que tus heridas sanen —en sus ojos veía algo diferente, o así lo sentía yo.

Nos quedamos en silencio, solo mirándonos. Yo me acerqué a él, dejando mi herida al descubierto. No tenía que hablar, él entendía lo que eso significaba. Pasó su lengua de nuevo por la herida, haciendo que se sintiera muy cálido. Yo cerré los ojos, disfrutando la sensación que dejaba Bakugo cada vez que pasaba su lengua por mi herida.

Yo me frote un poco con el cuerpo de Bakugo, y él dejó de lamer mi herida para poder ver lo que yo hacía.

Amo su olor.

No supero su aroma a chocolate con ese toque de pimienta. Al estar tan cerca de él, y en su forma animal, su olor era más fuerte.

—Acercó su rostro al mío— Estas extraña... —me olfateo un poco, y yo lo sentí muy placentero— t/a... —se alejó un poco, y mi alfa interior se entristeció.

— No me llames por mi apellido... —sentía mi lengua un poco dormida.

—Bakugo vaciló en acercarse a mi de nuevo, pero al final no pudo evitarlo y volvió a olfatearme, aspirando mi olor más a profundidad— Sabía que algo así iba a pasar... —yo no entendía lo que él decía— tu celó... esta llegando —al escuchar eso me aleje de él.

Mi celó...

Bakugo pareció no entender mi cambio drástico, e intento acercarse a mi de nuevo, pero yo gruñí un poco.

— No te acerques —demandé— si es cierto lo de mi celó, no quiero que nadie esté a mi lado —soy un alfa defectuosa en todo sentido.

[Alfas] - Bakugo y tú Where stories live. Discover now