Septuagésimo séptimo capítulo

942 69 57
                                    

[Sería mi último intento.]

Estaba con mamá en la cocina ayudándola a hacer la cena, ya el día había pasado y eran las seis de la tarde. Todo había estado tranquilo, me quedé en la cama todo el día y ahora por primera vez había salido para pasar tiempo con mamá. Diana entró a la cocina y fue al refrigerador para buscar algo de tomar. Ella nos ignoró por completo, como si no existiéramos.

— A las siete todo estará listo —dijo, mamá, refiriéndose a la comida.

Asentí y me fui a sentar en la mesa del comedor. Mi celular empezó a sonar y lo agarré para poder ver quien me llamaba.

Dabi

¿El insoportable?

— ¿Dabi? —contesté la llamada.

T/n, necesito que vengas a casa de Keigo —pidió, aunque su voz se oyó un poco alterada.

— ¿Pasó algo? —pregunté preocupada.

Solo ven —repitió y colgó.

Me levanté de la silla y bufé por la manera en que me habló.

— Este estúpido —solté.

— ¿Qué pasa? —preguntó, mamá al llegar a mi lado.

— No lo sé, pero tengo que irme, voy a casa de Hawks. Su novio me llamó, habrá pasado algo —respondí.

— ¿Crees que él esté bien? —mamá también se preocupó.

Hice una leve mueca y me quedé en silencio. No sé qué estaba pasando, pero esperaba que nada grave. Aunque no era muy común que Dabi me llamara y eso era lo que me inquietaba, pero era mejor no pensar cosas apresuradas.

— No lo sé, te veo luego, mamá. Me voy —me despedí y salí de la casa.

Me iba a tardar en llegar por ir caminando, pero trataría de hacerlo lo más rápido posible.

Maldita seas, Dabi, tenías que darme alguna explicación.

Aunque trataba no pensar en cosas negativas, se me hacía difícil. Quizás habían discutido o Hawks había tenido algún tipo de crisis. Nunca le había pasado algo así según tengo entendido, pero siempre hay una primera vez. O quizás... había visto a Dabi haciendo algo malo.

Ese maldito...

Si le había fallado a Hawks de nuevo lo castraría. En menos de lo que pensé ya estaba frente a la casa de Hawks y di toques a la puerta para que alguien me abriera. Dabi fue quien lo hizo, tan rápido que me sorprendí.

— Tardaste —se quejó.

— Disculpa por no ser Flash, imbécil —lo insulté.

— Entra —ordenó.

Gruñí y enseñé mis colmillos, pero hice lo que me pidió.

— No empieces con esa actitud de nuevo, maldito —advertí.

— Como sea, no tenemos tiempo para discusiones —caminó dejándome atrás— necesito que intentes hablar con Keigo, no me deja acercarme a él —explicó.

[Alfas] - Bakugo y tú Where stories live. Discover now