Sexagésimo séptimo capítulo

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[Mi primer castigo.]

Hora antes del suceso: 3:00 de la tarde.

Por fin era hora de salir de la academia, necesitaba descansar de las clases y de los maestros insoportables. Bakugo y yo caminábamos un poco más atrás que los demás, hablando sobre algunos ejercicios de matemáticas que tenía que practicar.

— Recuerda la fórmula que te enseñé, es la más fácil —dijo.

Asentí, aunque no estaba muy convencida.

Si esa era la más fácil, no me quiero imaginar como es la más difícil.

Bakugo notó mis dudas y me dio un leve codazo en el hombro a modo de juego.

— Te voy a enseñar bien, vas a pasar esa materia —aseguró.

Reí y le devolví el codazo.

— Gracias —me acerqué más a él.

Bakugo sonrió de lado y pasó uno de sus brazos por encima de mis hombros. Los chicos nos esperaban frente al auto, teniendo sus ojos en nosotros. No comentaron nada, pero pude ver las sonrisas de Mina y Kaminari, las cuales mostraban su gran felicidad al vernos cerca y tranquilos. Nos subimos al auto y todos hablábamos sobre algunos chismes de la academia. Queríamos despejarnos, olvidarnos por un momento de las clases y los exámenes. Hasta Bakugo dejaba cortos comentarios y reía de vez en cuando en la conversación. Las cosas estaban yendo bastante normales. Hasta ahora no había ningún problema grave o que nos quitara el sueño. El tema de Tomura de alguna manera, aunque todos sabíamos que aún eso no había desaparecido, lo habíamos... olvidado de algún modo. Él ni su manada habían hecho ningún movimiento y eso nos tenía confiados.

Demasiado confiados...

Tengo que admitir que yo también caí en eso. Estaba preocupada, pero al pasar tanto tiempo con Bakugo y los chicos, las pesadillas que me atormentaban se habían calmado un poco y yo solo decidí dejarme llevar por los demás. Ellos estaban serenos, así que...

¿Por qué yo no lo estaría también?

Quizás ese fue mi error...

Nuestro error.

Mientras estábamos de camino a la casa, no sabíamos que todo iba a cambiar de un segundo a otro. Al llegar, la primera alerta roja apareció al Hawks llamarme. Fruncí mis cejas, extrañada por su llamada, pero decidí responder por si era algo importante. Todos bajamos del auto y yo justo ahí acerqué el celular a mi oído. Cuando iba a saludar como normalmente lo hacía, Hawks se adelantó y dijo algo que enseguida provocó que me pusiera nerviosa.

¡T/n! ¡¿Donde estas?! —preguntó, su respiración estaba acelerada.

Detuve mis pasos y alcé una de mis cejas, estando confusa.

— Acabo de llegar a casa con los chicos, ¿por qué preguntas? —respondí.

T/n, necesito que vengas a casa, tenemos algo que hablar, es muy urgente —parecía desesperado— Dabi me llamó y me contó muchas cosas sobre Shigaraki, de verdad, necesito que vengas a la casa. Es algo que no te puedo contar solo por teléfono —volvió a pedir.

[Alfas] - Bakugo y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora