(EN CORRECCIÓN)
Las personas correctas son los únicos que te hacen cambiar.
Hannah Potter, quien es conocida como la niña que tuvo suerte al sobrevivir junto a su hermano, Harry Potter, cuando intentaron asesinarlos. Ambos recibirán la noticia de...
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—¡NOO! ¡Los dejaron escapar!— gritaba Bellatrix con furia.
Todos estaban reunidos en el recibidor segundos después de la desaparición de los Potter, Draco quedó tirado en el suelo aun sin poder creer lo que había ocurrido, se levantó rápidamente, rozando los pedazos de cristal roto que yacían en el piso.
—¡Nos van a matar!— gritó Lucius con enojo y miedo —¡Nos van a matar por culpa de los Potter! Te dije que lo llamemos, apenas hubieran entrado— miró a su esposa.
—Teníamos que estar seguros, pero Bella decidió divertirse con la sangre sucia primero.
Bellatrix lanzó una figura de cristal al suelo llena de odio.
—¡Dices que es mi culpa!— la mujer caminaba lentamente hacia Narcisa con una mirada amenazante.
—¡Sí!— afirmó Lucius interponiéndose en el camino de Bellatrix—¡Es tu culpa! Si no te hubieras puesto a jugar con ellos, nada de esto hubiera pasado y el Señor Tenebroso no nos torturaría.
—¿No te importa que nos lastimen, Bella?— preguntó Narcisa con sentimiento. Bellatrix le sonrió sin quitarle la mirada.
—Yo no fui quien falló en el primer intento de destruir a los Potter— miró a Lucius con burla—. Yo maté a Black y e conseguido muchos más logros que ustedes, digamos que... soy un caso especial.
—Somos tu familia.
—¿Y? Tú...—señaló a Lucius con el dedo—... no pudiste conseguir una simple profecía, tu tonto hijo no pudo matar a Dumbledore, y Narcisa no ha hecho más que quejarse de todo lo que pasé en su casa. No han hecho nada que agrade al señor tenebroso.
Una pequeña explosión se escuchó en la parte de a fuera de la mansión, Bellatrix miró a los Malfoy con una sonrisa llena de malicia, Voldemort llegó a donde estaban todos reunidos.
—¿Cuál ha sido el motivo para llamarme?
Draco tragó saliva, viendo a Voldemort como si fuera el mismísimo diablo en persona, nadie respondió a su pregunta, el Señor Tenebroso miró a Draco fijamente, tratando de ver en su mente, pero se desvió de inmediato tras no poder entrar, entrando en la mente de Lucius.
—Los Potter estuvieron aquí—comentó mientras hacía un viaje con su mirada al rededor del lugar, la lámpara de araña en el suelo y con trozos de cristal por todos lados—¿Cómo es que los dejaron escapar?
—Un elfo los ayudo a escapar— contestó Bellatrix—Pero no fue cualquier elfo... si recuerdo muy bien, antes de ser encerrada en Azkaban ese elfo trabajaba para ti, Lucius—inculpó al hombre, Lucius palideció más de lo que ya estaba.
—Sí... estaba bajo mis órdenes, pero los Potter lo liberaron— levantó la voz Lucius, haciéndose sonar un poco más seguro.
—No me sorprende, Lucius. Que todos tus planes sean arruinados por niños te hace ser miserable, esposo, padre y aliado miserable— saca la varita de su túnica— ¡Crucio! ¡Crucio! ¡Crucio!
