Capítulo 150

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CIENTO CINCUENTA

CIENTO CINCUENTA

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Dos meses despúes.

Hannah.

A veces el miedo de no saber lo que pasará en el futuro, puede detener nuestro presente de forma errónea. Aquella punzada en mi pecho me tenía abrumada, intentando controlar mi respiración mientras estaba tumbada en mi cama; eran las cuatro de la mañana, faltaban pocas horas para la boda y pensar en eso ponía más nerviosa.

Cuando presencié la boda de Bill y Fleur, se les notó muy felices y todo salió excelente; ahora pienso lo contrario, quería correr y esconderme de todos, pensando que era mala idea en hacer una boda e invitar a nuestros.

—¿Por qué no pensé en hacer una boda privada?—me dije a mí misma aun mirando el techo.

—Hannah—llamaron fuera de la habitación—, te traje algo.

Me levanté de la cama tranquilamente, posando mis pies sobre el frío suelo y dirigirme fuera de la habitación, la puerta estaba entre abierta, permitiendo que la luz amarilla del pasillo entrara un poco; pero cuando abrí la puerta, todo era luz blanca y color crema; dándome cuenta que ni siquiera era mi casa.

Por los pasillos largos y las habitaciones con decoración antigua, me di cuenta de que era la casa de Sirius, pero esta era limpia y no tenía ese ambiente oscuro y lúgubre, se escuchaban murmullos y risas en la parte de abajo, en el interior de la cocina.

—¡Hannah! No me hagas ir por ti—volvieron a llamarme, pero aquella voz provenía de la habitación frente de donde yo estaba.

Al momento de entrar en aquella habitación, un pequeño vuelco en mí estómago se hizo presente al ver a la persona frente a mí; se veía tan sereno, alegre y con aquella sonrisa que tanto me encantaba ver. Su cabello tenía un rojo vivo, su piel era un poco pálida y suave como porcelana; estaba sentado en la cama con muchas cajas encima de ella.

—¿Estoy muerta?—fue lo único que pude decir, tocando la pared con una mano para convencerme a mí misma si era real o no.

—Cuando dormimos, nuestra alma se despega de nuestro cuerpo, viajamos a un mundo ancestral en sueño; físicamente descansas, pero espiritualmente puedes hacer muchas cosas—explicó Fred con serenidad, acompañado de una sonrisa alegre.

》 Pero, a veces, es terrorífico—añadió con un gesto de temor.

—¿A qué te refieres con que es terrorífico?

—Un año después de haber... muerto—dijo lo último con una mueca de burla, como si para él ya fuera una bobada, tragando mis ganas de llorar y evitar de nuevo aquel dolor—, Remus y tu padre me enseñaron a viajar y así poder visitar a mi familia, pero... pasó mas tiempo visitandote.

Mi patronus ¿Una Potter? Parte I -Draco MalfoyWhere stories live. Discover now