Capítulo 11

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ONCE

  ONCE

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Después del desastroso episodio de los duendecillos de Cornualles, el profesor Lockhart no había vuelto a llevar a clase seres vivos. Por el contrario, se dedicaba a leer a los alumnos pasajes de sus libros, y en ocasiones representaba alguno de los momentos más emocionantes de su biografía. Habitualmente sacaba a Harry para que lo ayudara en aquellas reconstrucciones; hasta el momento, Harry había tenido que representar los papeles de un ingenuo pueblerino transilvano al que Lockhart había curado de una maldición que le hacía tartamudear, un yeti con resfriado y un vampiro que, cuando Lockhart acabó con él, no pudo volver a comer otra cosa que lechuga.

Hannah sólo miraba a su hermano con pena, aguantando la risa en algunas ocasiones, en su mente invadía una pregunta una y otra vez ¿Cómo un hombre como Lockhart puede ser profesor?. Cada vez eran más los días que se juntaba con Draco a escondidas de todos a excepción de Hermione y los gemelos Weasley que sabían todo pero aun así no dijeron nada de su amistad pero sus encuentros se hicieron diariamente al llegar la temporada de Quidditch, las prácticas eran todos los días en la mañana y en las tardes después de que Slytherin practicaba, mientras el equipo de Gryffindor esperaban de mala gana a que las serpientes terminaran su práctica, Hannah veía como Draco entrenaba, era veloz al igual que el resto de su equipo gracias a las nimbu 2001. La castaña vio su vieja escoba que le prestaron y se fué cuando entendió que no lograría estar a la altura de su equipo.

—No te preocupes por tu escoba, el día del partido te daremos una mejor—dijo Wood, sacándola de sus pensamientos.

Ella miró al frente donde estaban las serpientes ya en el suelo caminando hacia donde estaban ellos.

—El campo debía ser de nosotros hace 10 minutos, Flint—dijo Oliver al capitán de Slytherin.

—No seas dramático, Wood—pasó junto a él chocando hombros.

El resto del equipo pasó entre ellos empujándolos, Hannah casi se cae si no fuera por Harry que la sostuvo del brazo. Draco se acercó a ellos pasando al lado de Harry y chocando hombro con él.

—Lo odio— dijo Harry mirándolo de mala manera.

—No le hagas caso, los haremos trizas en el partido —dijo su hermana con una media sonrisa, intentando sonar lo más segura posible.

—Ya comienzas a sonar como una jugadora— dijo Fred, detrás de ella.

—Lo tiene en la sangre, es obvio que será buena— comentó George.

—Comencemos...—anuncia Oliver para comenzar a practicar.

Hannah se despertó pronto el sábado por la mañana y se quedó un rato en la cama pensando en el partido de quidditch. Se ponía nerviosa, sobre todo al imaginar lo que diría Wood si Gryffindor perdía, pero también al pensar que tendrían que enfrentarse a un equipo que iría montado en las escobas de carreras más veloces que había en el mercado. Tenía ganas de jugar en su primer partido de quidditch. Después de estar tumbada media hora con las tripas revueltas, se levantó, se vistió y bajó temprano a desayunar. Allí encontró a Harry y al resto del equipo de Gryffindor, apiñado en torno a la gran mesa vacía. Todos estaban nerviosos y apenas hablaban.

Mi patronus ¿Una Potter? Parte I -Draco MalfoyWhere stories live. Discover now