(EN CORRECCIÓN)
Las personas correctas son los únicos que te hacen cambiar.
Hannah Potter, quien es conocida como la niña que tuvo suerte al sobrevivir junto a su hermano, Harry Potter, cuando intentaron asesinarlos. Ambos recibirán la noticia de...
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Draco.
Mis estadías en la madriguera, fueron mejores de los que me imaginé. El día después de la batalla, todos estábamos agotados―cubiertos de polvo y sangre―, cuando entré por primera vez en aquella casa se notaba mucho la diferencia de tamaño y altura, a comparación de donde vivía.
La madriguera era una estructura de habitaciones y pasillos construidos uno encima de otro que, si no fuera por la magia, no podría ni mantenerse en pie. Hannah se mantuvo junto a mi ante todo momento, viendo mis reacciones mientras me preguntaba como me sentía y que pensaba al respecto, sabiendo que lo que diría era errado.
El ambiente era diferente a diferencia del ambiente en el que había crecido, pero aun así el señor Weasley me trató con la mejor atención del mundo, incluso quisieron vaciar una habitación para dármela a mí y estar cómodo; en ese momento me di cuenta de que eran muy atentos para que sus invitados estuvieran cómodos.
La señora Weasley también fue muy dulce y amable al intentar preparar los platos más refinados que pudiera haber visto, pero aun así le pedí que no hacía falta, esta sonrió de igual, preparando lo que normalmente cocinaba.
Admito que es un poco difícil acostumbrarme a la presencia de Harry y Ron, hacían tonterías y bromas, todo a pesar de los bajos ánimos, cuando fuimos al callejo Diagon, los muy tontos compraron piedras explosivas de una máquina expendedora fuera de una tienda de helados, ya que la tienda de "Sortilegios Weasley" estaba cerrada.
Estuvieron toda la mañana lanzando las piedras al piso y estas soltaban una pequeña explosión, el cual se tornó muy molesto hasta que Hermione se acercó a ellos de mal humor para quitarles las bolsas.
―¡Ya dejen de hacer eso!―exclamó tomando la bolsa de Ron.
―¡Oye!―gruñó Harry mirando de mal humor a su amiga..
―Yo misma les voy a lanzar las piedras en el trasero para ver si les gusta―me reí a carcajada cuando los regañó, ellos me miraron como si quisieran matarme, pero Hermione si rio ante sus palabras, pero volvió a poner la mala cara cuando Ron intentó tomar la bolsa―¡Ronald!
―¡Ya, lo sentimos!
Admito que Hermione me comenzó a caer bien al saber que tiene mi mismo humor y poca paciencia; me acostumbre tanto a su presencia que ni siquiera veía la diferencia de que fuera de familia Muggle al ver el talento que tiene para la magia.
Hannah estuvo conmigo en nuestra estadía en el callejón Diagon, mirando y comprando una que otra cosa, se mantenía distanciada cuando yo tenía que entrar a comprar algo porque según ella―tengo que perder la pena―y tiene toda la razón.
Lo más reconfortante de este día era que no había rastro de mis padres, de seguro estaban en casa, mamá leyendo sus libros y papá debía de estar insultando a quien sea que le moleste mientras leía El Profeta. No me preocupaba por ellos, pero de seguro ellos si se preocupan por mí al no saber de mi paradero.
