(EN CORRECCIÓN)
Las personas correctas son los únicos que te hacen cambiar.
Hannah Potter, quien es conocida como la niña que tuvo suerte al sobrevivir junto a su hermano, Harry Potter, cuando intentaron asesinarlos. Ambos recibirán la noticia de...
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Los meses pasaron, siendo una tortura para Hannah en el proceso del embarazo. Draco había mejorado mucho en su trabajo, se la pasaba encerrado en su laboratorio; el cual tuvo de agregar un hechizo para aislar el sonido y no tener que asustar a Hannah con las explosiones de experimentos fallidos.
Ambos disfrutaban su vida de casados de manera muy tranquila; desde que Hannah cumplió los cinco meses de embarazo, todo había estado en calma; recordando los primeros meses, en las cuales estaba irritada, molesta, triste y alegre. Convirtiéndose en un proceso frustrante para Draco.
Una noche de mayo, húmeda y lluviosa. Hannah estaba descansando en el sofá, conociendo la nueva mecánica de celulares, tenía en sus manos nada más y nada menos que un Nokia N73, un teléfono celular que ha impactado en el mercado muggle.
Detrás de ella, en la puerta donde se encontraba el despacho de Draco, comenzó a brotar humo blanco, saliendo de los lados y por debajo. El olor de algo quemándose hizo que Hannah se volteara en dirección a la puerta, provocando una reacción inmediata. Tiró el celular por los aires, mientras se levantaba del sofá con una mano en su vientre de siete meses de embarazo.
―¡¿Draco?¡ !¿Draco, estás bien?!― Gritó con los nervios a punta de flor.
Corrió como pudo, sin evitar tambalearse a ambos lados; logró llegar a la puerta, pero antes de abrirla, esta se abre rápidamente, acompañada del humo blanco que salía del interior de la habitación. Viendo la silueta de Draco acercándose a ella para salir, el chico tomó la mano de Hannah para alejarla de allí.
―¡El remedio para la viruela salió mal!―exclamó en alto, mientras corrían fuera de la casa.
》 No hay fuego, es solo humo tóxico. No tienes por qué preocuparte―agregó en un tono gracioso.
En cambio, el rostro de Hannah reflejaba molestia, miedo y preocupación en sus ojos, los cuales miraba como su casa se llenaba de humo blanco y salía por la puerta y las ventanas. No era la primera vez en donde sucedían accidentes en el laboratorio de Draco y tenían que salir de la casa por seguridad de una posible explosión. Draco había tenido inconvenientes pasados en las cuales casi arriesga su vida
》 Lo podemos solucionar ― agregó con una media sonrisa.
Hannah soltó un gruñido, con sus ojos llenos de enojo, y se dio la vuelta para comenzar a caminar lejos de la casa a paso rápido. Justo en ese momento comenzó a llover, haciendo que Hannah saque su varita y levante la punta por encima de su cabeza, de ella salió un rayo plateado y blanquecino, creando un paraguas de un tamaño adecuado como para cubrirle la cabeza y hombros.
―¿A dónde vas?―preguntó Draco a lo lejos.
―A casa de Hermione, no quiero estar aquí―contestó sin voltear a verlo.
