Capítulo 53

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CINCUENTA Y TRES

Hannah había puesto tanto empeño aquella noche en aprender el encantamiento convocador que se había olvidado del miedo

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Hannah había puesto tanto empeño aquella noche en aprender el encantamiento convocador que se había olvidado del miedo. Éste volvió con toda su intensidad a la mañana siguiente. En el colegio había una tensión y emoción enormes en el ambiente. Las clases se interrumpieron al mediodía para que todos los alumnos tuvieran tiempo de bajar al cercado de los dragones. Aunque, naturalmente, aún no sabían lo que iban a encontrar allí.

Hannah se sentía extrañamente distante de todos cuantos la rodeaban, ya le desearan suerte o le dijeran entre dientes al pasar a su lado: «Tendremos listo el paquete de pañuelos de papel, Potter.» Se encontraba en tal estado de nerviosismo que le daba miedo perder la cabeza cuando la pusieran frente al dragón y liarse a echar maldiciones a diestro y siniestro. 

El tiempo pasaba de forma más rara que nunca, como a saltos, de manera que estaba sentada  en su primera clase, Historia de la Magia, y al momento siguiente iba a comer... y de inmediato (¿por dónde se había ido la mañana, las últimas horas sin dragones?) la profesora McGonagall entró en el Gran Comedor y fue a toda prisa hacia ella, quien estaba sentada junto a Harry. Muchos los observaban.

-Los campeones tienen que bajar ya a los terrenos del colegio... Tienes que prepararte para la primera prueba.

-¡Bien! -dijo Hannah, poniéndose en pie. El tenedor hizo mucho ruido al caer al plato.

-Buena suerte, Hannah -le susurró Harry-. ¡Todo irá bien!

-Lo lograras - dijo Hermione.

-Sí -contestó, con una voz que no parecía la suya.

-Suerte, Hannah - dijo Neville cuando Hannah pasó junto a él

Salió del Gran Comedor con la profesora McGonagall. Tampoco ella parecía la misma; de hecho, estaba casi tan nerviosa como Hermione. Al bajarla escalinata de piedra y salir a la fría tarde de noviembre, le puso una mano en el hombro.

-No te dejes dominar por el pánico -le aconsejó-, conserva la cabeza serena. Habrá magos preparados para intervenir si la situación se desbordara...Lo principal es que lo hagas lo mejor que puedas, y no quedarás mal ante la gente. ¿Te encuentras bien?

-Sí -se oyó decir Hannah-. Sí, me encuentro bien.

Ella la conducía bordeando el bosque hacia donde estaban los dragones; pero, al acercarse al grupo de árboles detrás del cual habría debido ser claramente visible el cercado, Hannah vio que habían levantado una tienda que lo ocultaba a la vista.

-Tienes que entrar con los demás campeones -le dijo la profesora McGonagall con voz temblorosa- y esperar tu turno, Potter. El señor Bagman está dentro. Él te explicará lo que tienes que hacer... Buena suerte.

-Gracias -dijo Hannah con voz distante y apagada:

Ella la dejó a la puerta de la tienda, y Hannah entró.

Mi patronus ¿Una Potter? Parte I -Draco MalfoyHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin