Capítulo 44

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CUARENRA Y CUATRO

CUARENRA Y CUATRO

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Narrador.

Hannah y Draco pasaron el rato hablando del conflicto mental de Draco, Hannah decidió que sería bueno dejarlo pensar. Draco aun duda de si mismo haciendo las cosas más difíciles, Ambos jóvenes volvieron al castillo y se fueron por su camino sin antes despedirse.

Hannah fue a la biblioteca donde se encontraba Hermione esperándola para luego ir a su clase de Aritmancia que duró dos horas y al culminar  volver a reunirse con los chicos quienes bajaban por las escaleras después de su clase de adivinación:

-¡Rata vieja! -se quejó Ron con amargura mientras descendían la escalera con todos los demás de regreso al Gran Comedor, para la cena-.Eso nos llevará todo el fin de semana, ya veras.

-¿Muchos deberes? -les preguntó muy alegre Hermione, al alcanzarlos junto con Hannah

- ¡La profesora Vector no nos ha puesto nada! - dijo Hannah divertida viendo la cara de los chicos.

-Bien, ¡bravo por la profesora Vector! -dijo Ron, de mal humor.

Llegaron al vestíbulo, abarrotado ya de gente que hacía cola para entrar a cenar. Acababan de ponerse en la cola cuando oyeron una voz estridente a sus espaldas: 

-¡Weasley! ¡Eh, Weasley! 

Hannah, Harry, Ron y Hermione se volvieron. Draco, Crabbe y Goyle estaban ante ellos, muy contentos por algún motivo.

-¿Qué? -contestó Ron lacónicamente

-¡Tu padre ha salido en el periódico, Weasley! -anunció Malfoy, blandiendo un ejemplar de El Profeta y hablando muy alto, para que todos cuantos abarrotaban el vestíbulo pudieran oírlo-. ¡Escucha esto! 

MÁS ERRORES EN EL MINISTERIO DE MAGIA 

Parece  que  los  problemas  del  Ministerio de Magia no se acaban,  escribe Rita Skeeter, nuestra enviada  especial. Muy cuestionados últimamente por la falta de  seguridad evidenciada en los Mundiales de quidditch, y  aún incapaces de explicar la desaparición  de una de sus brujas, los funcionarios del Ministerio se vieron inmersos  ayer en otra situación embarazosa a causa de la actuación  de Arnold Weasley,  del Departamento Contra el  Uso Incorrecto de los Objetos Muggles.

Malfoy levantó la vista.

-Ni siquiera aciertan con su nombre, Weasley, pero no es de extrañar tratándose de un don nadie, ¿verdad? -dijo exultante. Hannah rodó los ojos.

Todo el mundo escuchaba en el vestíbulo. Con un floreo de la mano, Malfoy volvió a alzar el periódico y leyó:

Arnold Weasley, que hace dos años fue castigado por la posesión de un coche volador, se vio ayer envuelto en una pelea con varios guardadores de la ley muggles (llamados «policías») a propósito de ciertos contenedores de basura muy agresivos. Parece que el señor Weasley acudió raudo en ayuda de Ojoloco Moody, el anciano ex auror que abandonó el Ministerio cuando dejó de distinguir entre un apretón de manos y un intento de asesinato. No es extraño que, habiéndose personado en la muy protegida casa del señor Moody, el señor Weasley hallara que su dueño, una vez más, había hecho saltar una falsa alarma. El señor Weasley no tuvo otro remedio que modificar varias memorias antes de escapar de la policía, pero rehusó explicar aEl Profeta por qué había comprometido al Ministerio en un incidente tan poco digno y con tantas posibilidades de resultar muy embarazoso. 

Mi patronus ¿Una Potter? Parte I -Draco MalfoyWhere stories live. Discover now