"Werehog" por una Noche. (Sonic y tú)

🌡#39-Vacilación🌡️

Necesitaba evitar que (T/N) se despertara al mismo tiempo que salía de aquí, así que fue con esa última opción.

Sin embargo, ¿Cómo hacerlo?.

Veamos, uh... en la televisión, la mejor manera de hacer que alguien soltara algo en sueños era molestando su nariz. ¿Eso de verdad funcionaría?. No perdía nada con intentar.

Así que en silencio, se las arregló para deslizar uno se sus delgados brazos fuera de sus costados sin tocar demasiado a la ex-eriza dormitante. Fue difícil. E increíblemente incómodo, pero luego de la segunda secuencia más larga de minutos que pudo haber tenido en tan poco tiempo (siendo la primera el momento en el que intentaba quitarle a (T/N) la cobija y pasó 6 largos minutos congelándose), lo logró. Su enguantado brazo de melocotón se safó del abrazo, cansado y un poco adolorido por el esfuerzo.

Pero no se permitió descansar.

"Aquí voy"

Se acomodó sutilmente y levantó la mirada lo mejor que pudo, encontrándose con la sombra que debía de ser el hocico de (T/N) y una punta pronunciada: su nariz. Acercó la mano cautelosamente y le dió un ligero roce.

Hubo un resoplido y debajo de él, la muchacha se removió.

Lo intentó de nuevo.

Y esta vez, una de las manos de (T/N) fue a su hocico y se lo rascó. Y para su suerte, en vez de regresar a su posición sobre su peluche, ¡Se dejó caer por el borde de la cama!.

Justo lo que Sonic quería.

Perfecto.

Ahora, solo fue cuestión de dejarse llevar. El ojiverde se arrimó para ese lado y, al llegar a cierto punto, la gravedad hizo lo suyo. Sonic se obligó a relajar sus músculos y se deslizó por el costado de (T/N), aterrizando a su lado. Golpeó el lugar de manera un poco brusca, pero la chica transformada apenas se inmutó.

Él, sin embargo, se estremecío al volver a estar expuesto al frío.

Quiso saltar de la cama y alejarse de la Werehog tan rápido como pudiera y alejarse de ella antes de que ocurriera algo más, pero algo se lo impidió. No fue nada externo, por supuesto, sinó en su propio interior. Y fue algo simple: una vez a la interperie, a su delgado cuerpecito no se le antojó abandonar tan rápido el agradable calor de la ex-eriza a favor de congelarse de nuevo.

Y ahí, ahora junto a (T/N) y debajo de su brazo peludo, se dió cuenta de lo muy cálida que era la muchacha. El aire frío lo acariciaba por todas partes, haciéndolo tiritar, pero el tan solo estar junto a ella hacía que su propia piel encontraba alivio. Era como si alguien hubiera convertido en radiador un enorme peluche. Entonces vaciló. ¿Qué hacer ahora? ¿Quedarse junto a (T/N) como todo su cuerpo se lo pedía (no, le exigía) o irse y volver a su saco de dormir, el cual debía de haber perdido ya todo calor en su interior?.