"Werehog" por una Noche. (Sonic y tú)

🌡#41-Día con Malestar🌡️

Nada mejor que comenzar el día con una buena ronda de Drabbles, ¿No?. (⁠◠⁠‿⁠◕⁠)

Aunque tal vez se pregunten por qué no publiqué la semana pasada. Me disculpo. Es que como publiqué finalmente la primera parte del Silverespecial #1 (ve a mi Libro de "One-shots de SSS y tú" si no lo has leído o no sabes qué rayos), decidí que esa semana no harían falta Drabbles, así que no publiqué nada aquí. (⁠^⁠～⁠^⁠;⁠)⁠ゞ.

Y de hecho, esta semana tampoco tenía intenciones de publicar aquí ya que como les dije el otro día, se me antojó volver a poner en circulación los "Type of Boyfriend" (los cuales también aparecen en mi libro de One-shots ya mencionado) y eso era lo que quería publicar, pero me quedé atascada al final del primero que me puse a hacer y por ahora no sé cómo continuarlo, entonces, terminé publicando los Drabbles esta vez también. Y lo hago específicamente hoy porque ni mañana ni el jueves voy a poder. ¿Recuerdan lo que les dije de que comenzaba mi primer semestre esta semana?.

Bueno, pues según mi horario, voy a tener clase todo el día tanto mañana como pasado... (⁠─⁠.⁠─⁠|⁠|).

Así que, bien, aquí está el entretenimiento semanal. Espero lo disfruten.

******************************************

El resto de la noche transcurrió sin ningún tipo de inconveniente.

De hecho, fue una noche bastante tranquila. Muy fría, gracias a los vientos que provinieron desde Windy Valley y se mezclaron con el ambiente otoñal en apogeo, pero todavía pacífica. Los grillos estridularon en conjunto mientras que las aves nocturnas, como los búhos y demás, ulularon en armonía o solo se dedicaron a cazar sus almuerzos en silencio. Sea como fuere, no hubo duda de que las horas que restaron de la madrugada solo fueron de absoluta calma, sin nada ni nadie que pudiera perturbarlas.

Por su lado, las cosas en la pequeña casa cobre la colina plana igualmente se mantuvieron pacíficas, con todos sus inquilinos durmiendo profundamente. En una habitación, un pequeño zorro de dos colas se encontró acurrucado en su cama como una inofensiva bolita, con sus homónimos sobresaliendo de la manta como dos estropajos desordenados y una expresión relajada a pesar de que le había costado conciliar el sueño, pero finalmente su cerebro se había agotado demasiado incluso para molestarlo y terminó desmayándose sin darse cuenta de nada. Y algo similar ocurrió en la segunda habitación de la casa. Bajo el amparo helado del aire acondicionado, en la absoluta oscuridad, un par de adolescentes durmieron juntos en la misma cama, abrazándose bajo su propia cobija mullida y cálida, ambos roncando ruidosamente. La más grande acunó al más pequeño en sus gruesos brazos mientras que, en sueños, este último le devolvió el abrazo, habiéndoselas arreglado para rodear el torso ajeno con sus delgados brazos a pesar de lo ancho que era.

No ocurrió ningún problema ni nada los despertó. Ni ruidos ni molestias, ni siquiera algún malestar por parte de la única chica en la casa. Todos solo se dedicaron a dormir, a abrazar o a mantenerse calientes, ajenos a cualquier otra cosa hasta que llegara el momento de despertar.

Lo que llegó más temprano que tarde.

Pues, apenas se hicieron las 6 de la mañana, en el horizonte de Mystic Ruins comenzó a nacer el alba. El cielo negro se convirtió en índigo y la claridad llegó desde entre las montañas no muy lejanas y los bosques húmedos por el rocío. La neblina se asentó en la tierra, espesa y densa.

Y entonces, desde el lejano borde del mundo, el primer destello del sol inició su ascenso hacia el cielo.

Así, dando paso al nuevo día.