CAP 12 CASUALES

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"No quiero que tú y yo seamos solo un momento, ¿qué tal un para siempre?".

Finalmente era sábado nuevamente y más de un suceso extraño había pasado como de costumbre dentro de la oficina. Entre ellos el que Henry anduviera como gato encerrado, su hiperactividad y falta de atención tenía a Emily y Steve maldiciendo todo el tiempo.

Si... En su cabecita engreída, él ya tenía un plan infalible para comenzar a acorralar a su próxima víctima, solo había tenido que pagar unos cuantos dólares para que lo ayudaran a obtener los datos del lugar dónde ella se encontraba.

-Así que aquí te has estado escondiendo, fierita...

Henry avanzó en su auto estando aún del otro lado de la acera para poder estacionarse justo frente a la florería. Se había puesto lentes oscuros para que no lo descubrieran tan fácilmente además de que el polarizado de su deportivo no dejaba ver a simple vista quien era el guapo conductor de ese modelo de lujo. Sin embargo, el muy torpe no pensó jamás que en ese lado de la ciudad no era muy común ver esa clase de autos dentro del vecindario, a menos que fueses un mafioso, multimillonario o algo parecido.

-¡Aja! Te atrapé...

Henry sonrió maliciosamente cuando vio a una bella castaña salir del local para acomodar un par de arreglos florales y llevar de regreso otro par para cambiarles el agua. La condenada mujer lleva puesto un bello vestido a rayas que le quedaba muy por encima de sus rodillas, además de portar sandalias y un mandil rosita con el slogan del local, éste colgaba de su cuello. Se veía magnífica.

El pelinegro la observó por varios minutos hasta que vio a Tessa espiar por uno de los ventrales del local, seguido de una exquisita mujer de cabello oscuro. Supuso que era la dueña de la florería. Henry pensó en huir de ahí antes de que comenzaran a sospechar, pero en un abrir y cerrar de ojos Liz ya se encontraba saliendo del local para plantarse sobre la acera a brazos cruzados y con un semblante de pocos amigos.

-Así que ahora me vigilas, bombón asesino.

Liz susurró para sí misma, entre cerró los ojos y miró fijamente el cristal oscuro frente a ella en espera de que Henry bajara y la enfrentara, pero el muy cobarde jamás lo hizo.

-Mi amor, mejor entra al local. Llamaré a la policía, podría ser un secuestrador de mujeres lindas y sensuales como nosotras. -La tía Rachel habló muy enserio después de alcanzar a Liz. En ese local se había visto de todo, entonces no estaba dispuesta a correr el riesgo.

-No lo creo, tía Rachel... Y aún no llames a la policía. Ya vuelvo.

Liz le entregó el mandil a Rachel para después cruzar la calle e irle a tocar la ventana al piloto de aquel deportivo. Henry se mordió el labio cuando la vio inclinarse un poco y alcanzó a ver un poco más de piel debido a su escote tan pronunciado. Es que era tan sensual... La castaña volvió a tocar y esta vez Henry no tuvo escapatoria así que presionó el botón y finalmente el vidrio comenzó a bajar.

-¿Tanto me ha extrañado que ahora me vigila, querido jefe?

Liz preguntó en tono engreído y recargó sus brazos flexionados sobre el borde de su ventana, mostrando un poco más de lo que debería al inclinarse para quedar a su altura. Henry bajó la mirada al borde sexy de sus pechos para después subir el celeste de sus ojos al verde de su mirada.

-¿Yo, extrañándote? Pfff... -Él bufó.

-En tus sueños, pequeña fiera. Iba pasando por el vecindario.

Henry respondió sin mucho interés para después verla negar con la cabeza.

-Entonces supongo que se detuvo aquí para comprarle un ramo de flores a su novia. ¿Cierto? -Liz soltó con simpleza y él sonrió divertido.

Lღcɑʍєитє Eиɑʍღʀɑdɑ 💕Where stories live. Discover now