CAP 58 EL CAOS

580 40 310
                                    

"Eres mi principio y mi fin".
Especial tía Rachel y tío Chad

-¿A dónde se la llevó? Llévame con ella, Chad. Seguro esa mujer lastimó a mi bebé.

Rachel refunfuñó furiosa y muy preocupada mientras el rubio la llevaba en brazos hasta un lugar mucho más tranquilo, un lugar donde no pudiese meterse más en problemas ya que la mesa donde justo ahora estaban el resto de los chicos no era la mejor opción. La parrandera número 2, Liz, era la más pleitista de todas, seguido probablemente de su mariposa y justo ahora se encontraban discutiendo lo que había pasado en la pista mientras bebían algunos cócteles deliciosos y muy cargados.

Excepto por Emily quien seguía bebiendo jueguito espumoso.

-Tranquila, mariposa. Estoy seguro de que Steve la llevó a que la atendieran, le enviaré un texto para que nos alcancen aquí en la playa. Ella estará bien, no te preocupes.

Chad trató de tranquilizarla mientras avanzaban hasta una de las áreas comunes que Virginia había puesto en la orilla de la playa para sus invitados. Llegaron hasta un agradable, amplio y acojinado sillón junto a una gran fogata y la depositó con mucha delicadeza entre los cojines para que pudiese sentarse junto al calor del fuego.

-¿Quieres que te traiga algo, amor? Un postrecito, algo de beber... -Chad se arrodilló a su lado para quedar a su altura. Su mujer no se veía muy contenta, su frente arrugada la delataba.

-Quiero una piña colada y una copa nevada de tiramisú... -Rachel le pidió con un ceño fruncido que la hacía ver encantadora. Chad asintió y le dio un beso en la sien antes de ponerse de pie.

-Le pediré al cantinero que prepare una piña colada muy, muy especial para ti, mariposa, pero sin nada de alcohol. -El rubio le dijo animado y ella no pudo evitar que una mueca se asomara en sus labios para después soltar un poco de aire contenido.

-Podría tener poquito alcohol... Solo una pizca. -Rachel tomó su mano con cariño para detenerlo mientras lo miraba con un par de ojitos brilloso.

-Amor... -Chad volvió a agacharse mientras la miraba todo embobado. Envolvió sus manos con las suyas y dejó un besito sobre su dorso.

-Si me siento mal serás el primero en saberlo, lo prometo... Además una no me hará daño y tú estarás aquí para cuidarme. -Rachel le suplicó de forma tan adorable que Chad no tuvo más remedio que aceptar. Una no le haría mal o ¿si?

-Solo tendrá una pizca y nada de ponerte terca más tarde. Promételo, preciosa. -Chad fue rotundo, consiguiendo que ella sonriera ampliamente y asintiera con la cabeza antes de abrazarlo fuerte y dejar un besito casto sobre su mejilla rasposa.

El australiano se puso de pie y miró a todos lados antes de separarse de ella. Iba patear muchos culos si alguien intentaba algo en lo que iba al mini bar. El rubio sacó su celular del bolsillo y enseguida le escribió un mensaje al amargadito para que trajera a la parrandera número 1 con su mariposa en cuando pudiese. Chad mandó el mensaje y pidió al cantinero todo lo que necesitaba, se sentó en un taburete de espaldas a la barra para esperar y poder mirar a su chica quien parecía estar disfrutando mucho de la vista que el mar les estaba obsequiando esa noche.

El frío comenzaba a sentirse un poco más intenso a pesar de que estaban rodeados por decenas de antorchas y pequeñas fogatas. Ya no estaban siendo tan efectivas, el clima estaba bajando a cada minuto que pasaba.

-¿Chad? ¿Chad Hemsworth? ¿En verdad eres tú?

Una castaña exuberante y muy escandalosa de unos 30 y tantos se acercó hasta el rubio para saludarlo, dándole un abrazo que tomó por sorpresa al australiano. Chad la apartó con elegancia y entre cerró los ojos mientras trataba de recordar quien eran, pero su mala memoria no le permitió identificarla, así que su silencio dijo más que mil palabras. La chica sonrió con coquetería y negó con la cabeza.

Lღcɑʍєитє Eиɑʍღʀɑdɑ 💕Where stories live. Discover now