CAP 39 DE LA MANO

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"El amor no tiene que ser perfecto, tiene que ser real y verdadero, yo por ti siento tanto que si no es amor, entonces no sé qué mas podría ser. ¿Pero tú me amas?".

-Dame un momento... Me llaman de la florería, que raro... ¿Será que sucedió algo?

Liz frunció el ceño y sacó el teléfono de su bolso mientras el hombre a su lado asentía muy obediente, llevaba un rato platicando con su fierita y hasta el momento ninguno había discutido con el otro, lo que le pareció particularmente raro. ¿Estaría tramando algo alguno de los dos?

-Hola... ¿Está todo bien? -Liz atendió la llamada enseguida.

-Liz, gracias a Dios respondes... Llevamos horas tratando de contactarlas...

Una de las empleadas de la tía Rachel chilló al teléfono, poniéndole los pelos de punta a la castaña. Liz trató de guardar la calma, pero muy en el fondo temía lo peor.

-Tranquila, dime qué pasa... ¿Está todo bien en la florería? -Liz trató de hablar con normalidad, pero la chica al otro lado de la línea se escuchaba muy alterada.

-No, nada está bien... ¡Rachel jamás llegó a la florería! ¡Ella está desaparecida!

-¿Qué? ¡Cómo que nunca llego! Pero si salió muy temprano en la mañana junto a nosotras... ¡Demonios! Son casi las 2 de la tarde... ¿Por qué no avisaron antes? -Liz soltó verdaderamente preocupada consiguiendo que Henry frunciera el ceño y prestara más atención a lo que decía.

-Lo sentimos tanto, pero creímos que se había retrasado, después pensamos que quizá había ido a revolver algún asunto, pero ella jamás mandó un mensaje y cuándo le llamamos su celular nos envió al buzón. Nos volvimos locas y todo se puso peor cuando las señoras chismosas de la cuadra comenzaron a comentar en el grupo de vecinos que un hombre extraño y sin camisa se había llevado a una mujer después de atacarla en la calle a plena luz del día. Temimos lo peor, la descripción de la señora sonaba a Rachel... -La chica soltó entre lágrimas mientras Liz comenzaba a respirar con irregularidad.

-Yo... A ver... Por favor tranquilícense... ¿Lograron contactar a Nat? Tal vez sepa algo.

Liz preguntó mientras tomaba su bolso y se ponía de pie.

-No, no nos responde. Hemos tratado y nada... ¡Que debemos hacer! ¿Llamamos a la policía? -La chica preguntó asustada.

-No, aguarden un poco... Estaremos ahí en un rato. Traten de calmarse, la tía Rachel debe estar por ahí atendiendo algún asunto. No hay que perder la cabeza. Las malas noticias viajan rápido si le hubiese sucedido algo muy malo ya lo sabríamos.

Liz trató de pensar con la cabeza fría. El encuentro clandestino con su atractivo jefe había llegado a su fin. No era posible que la tía Rachel estuviese desaparecida, debía haber una explicación lógica. La castaña cortó la llamada y Henry entendió las señales, pagó y con mucho angustia sacó a su chica de aquella cafetería para llevarla a cualquier lugar que le pidiese. No le gustaba verla tan angustiada, así no era ella.

-¿Qué pasa, nena? -Henry le habló con cariño mientras encendía el auto.

-Es la tía Rachel... No responde las llamadas y las chicas en la florería no saben nada de ella.

Liz resumió y Henry asintió en silencio, tomó su mano con suavidad para darle un suave apretón y reconfortarla. Liz la miró con ojitos llorosos y sin pensarlo tanto se lanzó a sus brazos en busca de confort. La mujer era alguien muy especial en su vida y en la de su hormiguita, tenía que estar bien.

-Me preocupa que no haya noticias de ella... Nat se pondrá muy mal, no puedo decirle.

Liz sintió sus lágrimas asomarse por la angustia mientras los fuertes brazos de su bombón asesino la rodeaban por la espalda. Henry besó su cabeza con cariño y frotó sus manos sobre su cabello para cobijarla.

Lღcɑʍєитє Eиɑʍღʀɑdɑ 💕Where stories live. Discover now