CAP 17 INDAGANDO

510 61 90
                                    

"El sueño es mío y la realidad fuiste tú, mi jefe gruñón"

-¿Dónde demonios estuviste toda la tarde? Emily está como loca, no ha parado de maldecir desde que terminó la junta. Eres hombre muerto.

Henry le explicó al castaño que acaba de llegar a la oficina quitado de la pena. El tiempo se le había ido como agua entre las manos después de que abandonó la casa de Natalia como un demente, pero en verdad necesitaba pensar así que había ido al único lugar que le permitía hacer aquello dentro de la ciudad de Nueva York. Éste se había convertido en su refugio desde que su esposa se había ido, se trataba de un lugar especial que era únicamente suyo, uno donde nadie se entrometía en sus pensamientos y mucho menos en su vida.

-¿Qué pudo salir tan mal? Cuando yo no estoy confío plenamente en que ambos harán un trabajo impecable.

Rogers le respondió sin más mientras caminaba hasta su escritorio. Aún guardaba la mitad de la galleta que le había obsequiado ayer su hormiguita enamorada así que no dudó en sacarla para darle un mordisco. Moría de hambre, ni siquiera había tenido un tiempo para desayunar.

-A otro con esa basura, Rogers... ¿Por qué demonios tenías esa horrorosa galleta en tu cajón? En fin, como sea...

Henry se peinó el cabello con sus manos para después apuntarlo con el dedo, Steve no dudó en mirarlo realmente fastidiado. ¿Qué demonios sabía el de su galleta? Estaba deliciosa.

-El bastardo de Chad adelantó su viaje, estará en la ciudad el próximo martes por la tarde así que más te vale que mantengas tu culo en ese escritorio cuando él llegue, Emily no quiere tratar con él de nuevo y yo tampoco pienso aguantarme sus aires de galán millonario. Conmigo basta y sobra.

Henry fue rotundo y Steve bufó. Solo había una persona a la que Chad pedía cada que los visitaba y esa era su encantadora hermana. Tendría que hablar con ella para convencerla de que se comportara como una verdadera damita por una jodida vez en su vida. Solo debían hacer su trabajo, conseguirle la propiedad que andaba buscando y él se largaría pronto.

Lo que Rogers aún no sabía es que eso estaba muy lejos de suceder.

-Cálmate, cerraremos filas, firmará el contrato y se largará. ¿Contento? -Steve le dijo sin más antes de meterse a la boca todo lo que le quedaba de la galleta.

-Eso esperó, ahora debo irme. Necesito comprar un buen atuendo para la comida del sábado. -Henry fingió sacudirse la solapa de su saco mientras Steve lo miraba sin entender nada.

-¿Qué maldita comida del sábado? -Rogers preguntó curioso.

-Pues a la que me vas a llevar a casa de tu madre. Seguro olvidaste decírmelo, pero tranquilo, jamás faltaría a un evento familiar como ese. Sé cuanto me ama tu madre, casi como si yo fuese el hijo galán e intelectual que siempre quiso.

Henry sonrió de oreja a oreja, provocando que Rogers rodara los ojos y se dejara ir recargado sobre su asiento.

-¿Tú? ¿Intelectual? Si como no... Vete olvidando de esa comida, porque ni siquiera yo fui tomado en cuenta, así que no estés fastidiando más. -Rogers bufó indignado y Henry lo miró sin poder creérselo.

-Bromeas, ¿no? -Henry sonrió, pero su sonrisa murió al ver su semblante serio y algo mal humorado.

-No, ahora largo. Tengo cosas que hacer. -Steve lo desechó de inmediato mientras él abría la boca sin poder creérselo.

-Pues espero que esas cosas tengan que ver con un buen plan para infiltrarnos a la reunión. Es una excelente oportunidad para acercarme a la fierita y no pienso desaprovecharla. -Henry lo miró mal para después marcharse, no sin antes darle un buen portazo a la puerta de la oficina.

Lღcɑʍєитє Eиɑʍღʀɑdɑ 💕Where stories live. Discover now