CAP 21 SENTIMIENTOS

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"No sé qué me hiciste, pero no puedo dejar de pensar en ti y en todas esas cosas extrañas que me haces sentir".

-¿Estás mejor?

Steve le preguntó con preocupación, a pesar de que aquel abrazo había conseguido tranquilizarla, había sido imposible que Nat dejase de sollozar muy silenciosamente. Aquello solo logró que sintiera una inexplicable angustia en su interior. Algo en su corazón se encogía cada vez que la veía triste, cada vez que veía sus ojos derramar cientos de lágrimas. ¿Era normal sentirse así por ella? ¿Qué demonios le estaba sucediendo? Ya no entendía nada y cada vez que trataba de buscar una explicación lógica o de alejarse de la chica definitivamente terminaba involucrado aún más, compartiendo algún tipo de momento íntimo junto a ella. ¿Qué carajos estaba pasado entre ellos?

-Hmmmju... Estoy bien, por favor discúlpeme, no quise que nada de esto pasara.

Nat se separó de su abrazo, limpió sus lágrimas y apartó su rostro para no mirarlo. Se sentía extremadamente apenada y muy estúpida. Saber que había vuelvo a hacer el ridículo ante su presencia la ponía muy mal.

-No lo menciones, ya pasó. Será mejor irnos, podremos charlar de camino.

Steve trató de sonar amistoso, ella asintió en silencio para después darle la espalda y comenzar a caminar muy despacio en dirección al elevador. Se sentía muy bien caminar descalza, pero el ardor y dolor que le causaban las ampollas que se habían formado en sus pies eran dolorosas.

-¿Podrás caminar hasta el estacionamiento?

Rogers preguntó mientras seguía su ritmo, muy cerca de ella. Nat bufó cuando no encontró nuevamente a Liz donde se suponía debía estar esperándola. Supuso que algo extraordinario debió haberle pasado para que la dejara botada de nuevo.

-Supongo que si... Estoy bien, no se preocupe, señor.

Nat frunció el ceño y trató de relajarse un instante. Rogers apretó el botón del elevador una vez que llegaron y juntos esperaron a que las puertas de metal se abrieran. Su orgullo no permitiría que él volviese a sacarla del edificio como si fuese una jodida damisela en peligro. No podía permitírselo, así que se mordió los labios y resistió como la niña valiente e impulsiva que era. Sin embargo, Rogers la procuró todo el camino y le abrió la puerta de su camioneta una vez que estuvieron frente a ésta en el estacionamiento. Había sido muy caballeroso, e incluso la había llevado por una zona que nunca había visitado, muy poquita gente los había visto salir.

-Debiste dejar que te llevara en sus brazos como la última vez. No puedes negar que tu jefe esta como quiere y que tiene unos brazos todos fuertotes. -Su ángel malvado se apareció de repente sobre su hombro. Nat lo miró mal y decido ignorarlo, no hacían más que mal aconsejarla.

-Déjala tranquila, idiota. No ves que ha sido una mañana muy dura. -Su ángel bueno intervino, pero el malvado solo bufó de forma irónica.

-Dura se la va poner si nuestra niña traviesa sigue mostrándole más piel de la que debería.

Su ángel malvado apuntó en dirección a la piel de sus muslos expuestos, cosa que Nat miró realmente asustada, trató de bajarse la falda todo lo que pudo, pero fue inútil, la abertura que tenía dejaba ver demasiado así que optó por cubrirse un poco con las tapas del saco que llevaba puesto. Bajo sus manos y las llevó hasta su regazo para cubrir un poquito más.

-Eres un asqueroso vulgar, nuestra niña es incapaz de andar exhibiéndose. Siempre ha sido todo una damita. Además el Sr. Rogers es un cabellero, nunca le faltaría al respeto de esa forma.

Lღcɑʍєитє Eиɑʍღʀɑdɑ 💕Where stories live. Discover now