CAP 22 UNA NO CITA

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"Para mí un pedacito de tus labios es como caminar en las nubes del cielo".

-Nat escúchame, por favor...

Steve rompió aquel prolongado silencio en el que ambos se habían sumergido mientras compartían aquel abrazo tan dulce. Hace varios minutos que sus respiraciones había vuelto a la normalidad aunque el latido frenético de sus corazón aún permanecía bombeando con demasiada fuerza. Él se separó solo un poco aún sin soltar su cintura para poder mirarla mejor, encontrándose con un par de esmeraldas brillosas que suavizaron su semblante tan serio y preocupado a la vez.

No tenía palabras para justificar aquel inesperado arrebato en el que se dejó llevar por el calor de la discusión. No iba negar que la había besado con una sed inmensurable una y otra vez hasta dejarla sin aliento. Se sentía mal, confundido, culpable, y hasta cierto punto decepcionado de sí mismo, se había aprovechado de una niña 15 años menor que él. Sin embargo, nada en su interior lo hizo sentirse realmente arrepentido. Había estado deseando como un maldito loco obsesivo aquel inapropiado encuentro tan intimo, lo había pensado miles de veces aunque no pudiese admitirlo en voz alta. Así que no, no se arrepentía de haberle robado aquel pequeño beso tan malditamente tierno y perfecto.

-Shhh, no, por favor. No diga nada, está bien, lo entiendo.

Nat levantó la mirada un poco más para fijar sus ojos compresivos y terriblemente adorables sobre los suyos, subió sus manos hasta sus mejillas picosas y acarició su barba con una dulzura impresionante, provocando que él cerrara los ojos y soltara uno profundo e inesperado suspiro.

-Pero yo necesito expli...

El habló una vez más, pero ésta vez ella colocó sus pulgares sobre su boca para silenciarlo. La pelirroja rio bajito y enseguida se concentró el delinear sus labios enrojecidos e hinchados para retirar los rastros del brillo labial que había dejado sobre su boca al besarla.

Él la miró embobado por un instante para después fruncir el ceño y saborear sus labios que aún tenían un leve sabor a durazno debido a su labial.

-Listo...

Nat le dijo para después mirarlo con intensidad. Sabía que él tenía demasiado por decir, pero no estaba lista para enfrentarlo.

-Natalia... -El susurró, pero ella negó con la cabeza.

-Sé lo que dirá, señor Rogers... Que fue un error, que no debió pasar, que soy una chiquilla, o una simple practicante de su empresa y está bien, lo entiendo.

Natalia suavizó la voz mientras el fruncía el ceño aún más que antes si es que eso era posible. Aquello que estaba afirmando no era exactamente lo que tenía pensado decir, pero no le estaba dando la oportunidad de hablar, de decirle todo lo que estaba carcomiendo sus entrañas.

-Pero yo, eso no... No es...

Él titubeó y ella una vez más lo hizo callar y eso lo desquició un poco. ¿A caso no había sentido nada durante ese beso? ¿No había significado nada para ella? Qué demonios... ¿No estaba siquiera molesta con él? ¿No le interesaba escucharlo? ¿No quería una explicación, una razón o un por qué?

-No se preocupe, seguiremos siendo amigos fuera de la empresa y usted seguirá siendo mi jefe dentro de la oficina.

Nat sonrió amistosamente, lo que menos deseaba en estos momento era presionarlo y asustarlo así que fingiría normalidad aunque por dentro se estuviese desmayando de la felicidad. No podía ponerse intensa o él huiría de ella hasta evadirla de por vida, debía ser extremadamente paciente y súper comprensiva, él valía cualquier sacrificio. Así que si... Steve había esperado cualquier otra reacción menos la que ella le estaba mostrando. ¿Ocultaba algo acaso? ¿Había estado pensado en su jodida persona especial mientras lo besaba a él? ¡QUEEEEEEEE! ¡Que estaba pasando por esa cabecita loca! Necesitaba saberlo o se volvería loco.

Lღcɑʍєитє Eиɑʍღʀɑdɑ 💕Où les histoires vivent. Découvrez maintenant