CAP 27 DECLARACIONES

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"He de reconocer que la oscuridad de mis días se iluminan cada vez que te veo sonreír, cada instante en el que te sonrojas y muerdes tu labio con esa inocencia hermosa que te hace ser tú, mi desastre pelirrojo".

Eran justamente las 6:00 de la mañana cuando Liz y Nat se pararon de la cama a regaña dientes. Aún con el cabello enmarañado y las pijamas desarregladas, arrastraron los pies con pesar por todo el apartamento para echarse una encima de la otra sobre el gran sofá del living mientras bostezaban.

-Quiero seguir durmiendo, no me gusta la vida de adulto. -Liz se quejó mientras Nat se acurrucaba a su lado para dormir otro ratito, la mañana había amanecido algo fresca.

-5 minutos más Liz...

Nat le dijo adormilada, pero Liz negó. Sabía que ambas se demorarían en quedar perfectas. La pelirroja para irse con su futuro sugar y ella porque estaba segura que ante la ausencia de su jefe, Henry aprovecharía para acecharla en la empresa como todo un lobo.

-No bebé... Ve a ducharte mientras preparo un poco de café para ambas. El refrigerador está vacío así que tendremos que irnos sin comer nada. -Liz bufó y Nat esbozó un puchero de molestia. No quería bañarse tan temprano, pero la situación lo ameritaba.

-¿Cuándo podré dormir hasta que mi camita se canse de mi y me escupa? -Nat se sentó en el sofá mientras sus ojos aún entre cerrados se quedaban mirando a la nada frente a ella.

-Tal vez cuando te cases con un multi millonario que no le importe tenerte en casa de holgazana. Ahora mueve tu lindo trasero, tenemos que conquistar el mundo, Pinky,

Liz se puso de pie, se estiró un poco y fue en dirección a la cocina mientras Nat se quejaba un poco más.

-Ash no quiero ser Pinky, Liz... -Nat hizo un pequeño berrinche y Liz sonrió sin poder contenerse. Su amiga era todo un casito.

Dieron las 6:15 después de darle unos sorbitos al café y Nat prácticamente corrió para hacer todo a las carreras mientras Liz usaba el baño de invitados para apresurarse también. La castaña salió primero así que comenzó a preparan una pequeña mochilita Kawai en la que su hormiguita podría llevar algunas cosas necesarias para su excursión con el viejito. Le empacó una muda de ropa limpia, ropa interior extra, protector solar, tampones, una botellita de agua, una toalla de manos, artículos de aseo personal y lo más importante de todo...

-Casi lo olvidó...

La castaña fue hasta el cajón del buró junto a su cama para sacar una hilera interminables de paquetitos luminosos que parecían dulces. Cortó tres y los dobló con elegancia para que no ocuparan espacio.

-¡Liz! -Nat se cruzó de brazos al haberla atrapado con las manos en la masa.

-Es por precaución, bebé. -Liz le guiñó un ojo, y guardó los preservativos en el cierre más chico de la mochilita.

-Ya te dije que no pienso cruzar esa línea aún, además mi dispositivo anti bebés aún tiene un periodo de vida de dos años. No necesitó esos condones.

Natalia rodó los ojos y Liz se ahorró todos los comentarios cochinos que vinieron a su cabeza. El tiempo seguía corriendo y ellas seguían muy desarregladas.

-No me arriesgaré, mejor llévalos.

Liz se encogió de hombros para después comenzar a vestirse mientras Nat hacía exactamente los mismo. Eligió el primer outfit que se cruzó en su camino, se puso unos tenis blancos estilo flats que combinaban con su prenda para después comenzar a desenredar su cabello. Tanto ella como Liz hidrataron su piel y comenzaron a ponerse algo de maquillaje discreto, pero fue Liz quien decidió encargarse de su problemática pelirroja cuando la vio a demasiado natural y virginal. Estaba preciosa, pero si quería causar un efecto mortal con su apariencia necesitaba un poco más de producción.

Lღcɑʍєитє Eиɑʍღʀɑdɑ 💕Where stories live. Discover now