CAP 56 LA BODA

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"Si con un pequeño beso pudiera demostrarte cuanto te amo te estaría besando cada diminuto instante del día".

-¿Qué pasa, mariposa? Estás muy callada.

Chad le preguntó a su chica después de depositarla sobre cómodo sofá de su habitación. Rachel se había quedado momentáneamente pensativa y con una mirada algo perdida.

-No es nada... ¿Podrías traerme mis zapatos? Creo que los asistentes de Virginia trajeron todas mis cosas de vuelta a la habitación, deberían estar en el clóset.

Rachel le pidió un poco distraída para después verlo asentir y alejarse de ella. La pelinegra soltó un poco de aire contenido y con mucha pena miró los hermosos zapatos que ahora debía mandar a una fea caja en el clóset. La vida era muy injusta, pero era eso o seguir torturando a su tobillo en recuperación. Tal vez lo mejor para todos es que se quedara en la habitación descansando, así no le estorbaría a nadie ni le impediría disfrutar de la fiesta a sus niñas o al loquito del parque. No quería ser una molesta carga para nadie, además ya había cumplido con estar presente en la ceremonia, con eso bastaba ¿no?

-¿Amor, que pasa?

Chad la sorprendió mirando sus pies con demasiada tristeza. Su chica levantó la mirada y volvió a negar con la cabeza. Se sentó derechita sobre el sofá y lo vio dejar aquellos zapatos de bailarina color rosita sobre la cama. Los odiaba tanto y eso la hizo refunfuñar. El rubio se plantó frente a ella en espera de una respuesta, pero en vista de que ella no estaba cooperando fue directamente al sofá para sentarse a su lado.

-Déjame ayudarte, mariposa. Anda sube tus pies a mi regazo.

Chad le regaló una sonrisa encantadora que la hizo regresar a la realidad. Rachel lo vio acomodarse sobre el sofá y esperó paciente a que ella diera el primer paso, pero la mujer se lo estaban pensando demasiado.

-Yo puedo sola. -Rachel le respondió un poco avergonzada, pero él negó con la cabeza antes de acercarse a su rostro para darle un besito casto en la mejilla.

-No me molesta, amor. Anda, déjame ayudar.

Chad suavizó la voz y ella terminó asintiendo antes de relamerse los labios. Levantó la falda de su vestido con elegancia y con su ayuda fue girando en su asiento para quedar de lado a él mientras levantaba ambas piernas para subirlas sobre su regazo. El rubio las recibió como el caballero que era para después darle tiempo de cubrirse las piernas un poquitín, sin embargo esa abertura al frente de su falda no le permitió tapar mucho.

-No mires, tonto...

Rachel se puso muy rojita de las mejillas, mientras él negaba con la cabeza y sonreía. Era obvio que se esforzaría en no mirar más allá de lo que debía, pero aún así estaba dispuesto a disfrutar de ese momento junto a ella al máximo.

-Veamos como está ese tobillo, mariposa.

Chad colocó ambas manos sobre sus pies y se concentró en quitar la tira de cuero que abrochaba sus zapatos alrededor de sus tobillos para después quitarlos ambos con sumo cuidado. Los colocó aún lado y sonrió muy complacido cuando ella estiró un poco sus pies para darse algo de alivio.

-¿Se ve muy mal?

Rachel preguntó algo adolorida, lo observó colocar sus manos sobre sus pies enfundados con las medias que llevaba encima para después ver cómo le daba un suave masajito antes de subir su caricia a su tobillo enfermito.

Lღcɑʍєитє Eиɑʍღʀɑdɑ 💕Where stories live. Discover now