CAP 42 DETALLITOS

460 52 166
                                    

"Quisiera regalarte todo el amor y felicidad del mundo o un infinito lleno con millones de estrellas, pero basta con entregarte mi corazón que late fuertemente por ti".

-Tia, despierta ya... Debemos irnos al trabajo en un ratito. Se nos hará tarde.

Nat acarició el cabello desordenado de su adorada tía mientras trataba de peinarlo un poco para descubrir su mejilla. La pobre mujer se veía completamente destruida y muy agotada a pesar de que había dormido de largo. Los medicamos para el dolor la tenían un poquitín drogada, pero era por su bien.

-¿Qué hora es, mi amor? -Rachel murmuró en un tono pastoso y cansado mientras se acurrucaba un poco más bajo la manta. No tenía fuerzas de mover un solo dedo.

-Son casi las 6:30... ¿Te sigue doliendo el tobillo?

Nat le preguntó y en automático la realidad golpeó a su tía Rachel como un enorme autobús. Intentó mover la enorme bota que llevaba en su pie, pero ésta volvió a caer sobre el cojín donde había pasado toda la noche.

-Ayyy si, amor... Aún duele mucho.

Rachel suspiró para finalmente abrir sus ojos por completo. Encontrándose con una muy hermosa cabellera pelirroja. Su pequeña se veía mucho más linda que otros días y eso la hizo sonreír con orgullo. Se parecía muchísimo a su madre, a su amada y querida hermana menor, de quien hace semanas no sabía nada. ¿Estaría bien?

-Debemos dejarte preparada. -Nat le dijo bajito.

-Lo sé, pero... ¿Le avisaste a tu madre sobre mi accidente? Por favor, no le digas, no quiero preocuparla. Ella debe tener cosas más importantes con las cuales lidiar.

Rachel le dijo rápidamente mientras Nat la miraba un poco angustiada. La verdad es que ella tampoco había hablando con su madre hace ya mucho tiempo. Desde que había empezado su nueva relación amorosa con un nuevo fulano parecía haber desaparecido de la faz de la tierra.

-Como tu digas, tía... Pero menos charla y más acción, el Sr. Hemsworth llegará en un ratito. -Nat le explicó y Rachel quiso echarse a llorar como un bebé. Aún no podía creer que tendría como niñera sexy a ese tonto y engreído australiano.

-¡Amor, no quiero! -Rachel hizo una pequeña rabieta muy graciosa que hizo a Natalia sonreír.

-No tuvimos mejor opción, tía Rachel, así que más vale que te portes muy bien con el tío Chad. No queremos que renuncie al trabajo en su primer día. -Liz interrumpió desde el umbral de la puerta, ganándose una mirada casi fulminante por parte de la pelinegra.

-Te ayudaremos a prepararte. ¿Lista?

Nat se puso de pie y con la ayuda de Liz ayudaron a la tía Rachel a llevarla hasta el baño. Con mucha paciencia peinaron su cabello, cepillaron sus dientes y le dieron la privacidad que necesitaba para que pudiese asearse mientras recogían la habitación y arreglaban la cama. Querían darle el mejor de los tratos, su tía merecía que la cuidaran como a una reina, era lo menos que podían hacer por ella.

-No soy un bebé, puedo solita... -Rachel bufó cuando ambas niñas la apoyaron con la ropa interior, eligiendo los mejores conjuntos de su cajón de lencería. Aún así no se negó a nada o al menos a casi nada.

-Encontré este vestido, es perfecto. -Liz volvió con un diminuto vestido floreado que apenas y conseguiría cubrir las piernas de la tía Rachel. Era perfecto como para romper muchos corazones por ahí o enamorar a más de uno, pero no lucía nada apropiado para su repentina convalecencia.

-No me pondré eso, es una locura... ¿A caso quieren que el loquito del parque me salte encima? Es un desvergonzado... -Rachel las reprendió y tanto Liz como Nat se resistieron a reír con mucha dificultad.

Lღcɑʍєитє Eиɑʍღʀɑdɑ 💕Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt