CAP 36 TÚ OTRA VEZ

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"Eres eso que aún no es mío, pero que no quiero que sea de nadie más". Eres todo para mi.

A pesar de que la temperatura bajó terriblemente en la ciudad de Nueva York, la tía Rachel despertó al día siguiente recargada con muchísima energía así que con toda la buena actitud que la caracterizaba bajó a su cocina para prepararse un delicioso chocolate caliente. Se preparó un buen desayuno para llevarlo con ella a la florería y le dejó listo a las chicas algo muy rico que pudiesen llevar al trabajo.

Esa mañana fría le tocaba irse mucho más temprano de lo normal ya que debía recibir en la florería un gran pedido de mercancía. Haber estado tantos días en Central Park había aumentado increíblemente sus ventas, además de que se había dado a conocer antes mujeres empresarias y emprendedoras al igual que ella. La Sra. Virginia había traído a su vida mucha buena fortuna y eso la tenía muy feliz.

La pelinegra se arregló como de costumbre, maquillaje discreto, labios nude, una falda larga negra con estampados de flores que cubriría sus piernas del frío, unos zapatos altos que le daban un toque elegante y femenino y finalmente un cálido y suavecito abrigo de lana color beige que combinaba con todo lo demás. Se arregló el cabello que caía suelto sobre sus hombros, tomó su bolso, bajó por su desayuno y abandonó la casa, estaban por dar las 6 de la mañana.

-Dios, que frío hace...

Rachel fue golpeada por una gélida brisa de otoño que le erizó todos los vellitos del cuerpo, se abrazó a sí misma y se quedó estática por un instante al ver el enorme letrero que estaba pegado en la puerta del departamento frente al suyo.

-¿Vendido?

Rachel susurró algo extrañaba, no recordaba haber visto ningún departamento a la venta, mucho menos ese. Además de que hacía ya varios años que los dueños de esa propiedad se habían mudado de la ciudad. Ella había visto crecer a la niñas que vivían ahí.

-Que raro, pero en fin... Ojalá los nuevos propietarios sean bueno vecinos.

Rachel sonrió y comenzó a caminar en dirección a su negocio. Había sido muy tonta al no traer un abrigo extra para el camino, pero regresarse ya no era una opción así que apresuró sus pasos sin más.

-Dios, ya me están esperando...

Rachel llegó finalmente y sonrió con emoción al ver que el camión con la carga ya estaba estacionado frente a la florería. Saludó a los jóvenes que esperaban por ella y abrió el local para que pudiesen comenzar a descargar todo. No había dudas de que tendría mucho trabajo por hacer ese día. Debía acomodar todo y trasladar las flores a la bodega de la parte trasera del local para ponerlas en agua.

-Vaya, esta ocasión hizo un pedido mucho más grande, señora. -Uno de los jóvenes le dijo mientras bajaba una enorme caja con ramos florales de toda clase.

-Lo sé, en verdad, muchas gracias por ayudarme.

-Lo hacemos con gusto. -Los jóvenes respondieron con amabilidad.

Rachel les agradeció una vez más mientras los guiaba y les explicaba dónde dejar cada cosa. Los chicos siguieron charlando con ella hasta que finalmente el camión quedó completamente vacío y la florería a punto de reventar por lo surtida que estaba. La pelinegra los despidió, les dio una buena propia y los vio alejarse antes de mirar todo aquel desastre tras ella. Tenía exactamente una hora para tratar de liberar un poco de espacio ya que su personal entraba a las 8:00am.

-Vamos, Rachel... Si se puede.

La mujer se dio ánimos así misma, se remangó el abrigo un poco y soltó algo de aire contenido antes de ir directo a la primera caja repleta de flores para quitarla del frente de la florería. Rachel se agachó un poco y con toda la fuerza dentro de ella levantó aquel enorme contenedor, retuvo la respiración y comenzó a dar pequeños pasos muy cuidadosos para entrar a su local.

Lღcɑʍєитє Eиɑʍღʀɑdɑ 💕Where stories live. Discover now