CAP 24 DIOSAS AMERICANAS

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"El destino sabe lo que siento por ti y la felicidad que me generas cada vez que te veo sonreír, dejemos que suceda y culpemos al destino. Sería la excusa perfecta".

-¿Qué fue todo eso? ¡Cómo se atreve a besarme, grandísimo patán!

Liz gruñó colérica mientras el elevador bajaba. Estaba loco si pensaba que volvería a secuestrarla como la última vez. Era un idiota, ¿cómo se le ocurría robarle un beso solo para marcar territorio frente a ese dios griego que venía de tan lejos? Ella había imaginado su primer beso muy diferente a ese roce de labios todo anti romántico. Ash, justo ahora lo odiaba demasiado.

-No te enfades, no tuve opción. Tenía que hacerlo y no me arrepiento de nada.

Henry la tomó de la cintura para no dejarla escapar cuando las puertas del elevador se abrieron. La sujeto con fuerza y entre tropezones y maldiciones la llevó nuevamente hasta su deportivo. Comenzaba a gustarle eso de estarla secuestrando para poder hablar a gusto. Su jefe amargado había sido muy claro cuando dijo que no quería conflictos dentro de su empresa, por eso optaba por llevársela de ahí para aclarar lo suyo con ella sin que nadie anduviera de metiche.

-¡Discúlpese ya! ¡Ahhhhh que hace!

Liz gritó cuando él la cargó como damisela para meterla al auto, la amarró al asiento con el cinturón de seguridad y abordó al instante en su lado del conductor.

-Nada de eso, ahora deja ya de pelear, pequeña fierita. Tú y yo iremos a comer y después tendremos una charla civilizada, así que se buena y compórtate. -Henry le sonrió con perspicacia mientras Liz se cruzaba de brazos y bufaba.

-No me hable... No tenia ningún derecho. Soy una mujer libre y si el Sr. Sensual australiano quería coquetear conmigo, besar mi mano o invitarme a salir, bien. No tenía porque meterse en nuestros asuntos. No todos los días un hombre tan guapo con él muestra interés en mi. Además soy hermosa, sexy y muy inteligente, merezco tener algo bueno en mi vida.

Liz bufó mientras Henry apretaba el volante con verdadera rabia. Así que Chad ahora era el Sr. Sensual, tonterías. Chad era un jodido imbécil de pacotilla que jamás podría ofrecerle a su fiera todo lo que ella se merecía. Además era suya, él la había visto primero y no permitiría que llegara sin hacer el mínimo esfuerzo y se la robara. Sobre su cadáver.

-Será mejor que te quedes muy calladita, obstinada y pequeña fierita o me harás cometer una verdadera locura.

Henry la fulminó con la mirada mientras ella lo miraba aún más molesta que él. Ambos iniciaron una batalla de miradas desafiantes hasta que el auto tras ellos sonó el claxon para que avanzaran. Henry gruñó colérico mientras Liz se mordía el labio para no reír. Su lado celoso y tóxico la tenía ardiendo de deseo así que no le quedó más remedio que aguantarse y tirar de su poca paciencia. Quería comprobar hasta donde era capaz de llegar su encantador bombón asesino.

Así que no pensaba parar hasta que el pobre hombre perdiera la cabeza.

-No haré nada de lo que diga, fuera de la empresa no es más mi jefe. Ahora detenga el auto, no quiero seguir hablando con usted.

Liz bufó y Henry trató de guardar la calma. ¿Por qué demonios tenía que poner sus ojos en una mujer tan complicada? Liz sacaba su lado más oscuro y cuando se ponía tan caprichosa y terca solo podía pensar en empotrarla contra el primer muro que se encontrara para tomarla como un Neardental y hacerla eternamente suya. ¿No podía entender que si seguía de rebelde perdería la poca cordura que le quedaba? ¿No sentía cuán peligroso y ardiente estaba el ambiente entre ambos?

Lღcɑʍєитє Eиɑʍღʀɑdɑ 💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora