CAP 55 HERMOSAS

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"Aquí estaba yo... Pensando que la magia no existía y ahora es todo lo que siento en mi corazón cada vez que te miro o cada vez que te tengo entre mis brazos".

-Están quedando tan hermosas...

Virginia sonrió a través del espejo en el que se encontraban maquillándola y terminando de acomodar sus cabello.

Todas las chicas se encontraban casi listas. El peinado recogido de forma única y especial en cada una de ellas, el maquillaje natural acorde al tono de su piel, labios rosa, de un color pétalo, protegido con una ligera capita de gloss brillosito. Cada una se había ayudado a ponerse el vestido que les correspondía, la tela se había deslizado perfectamente bien sobre las curvas de sus cuerpos tan sensuales y femeninos. Incluso Rachel que solía ser la más conservadora del equipo había quedado encantada. Sí, se había quejado un poco por el escote tan pronunciado de su prenda y por la gran abertura sobre su muslo, pero después de verse contra el espejo... Había quedado sin palabras.

-Nat... Tenemos un problemita...

Liz le susurró a su hormiguita justo en el momento en el que quedaron solitas frente al tocador. Emily se encontraba escribiéndole un mensaje a su esposo mientras que la tía Rachel se debatía en ponerse o no lo que la Sra. Virginia había llevado especialmente para ella.

-¿Qué pasa?

Nat se colocó una gota más de perfume en el cuello y sonrió complacida. Ambas se veían preciosas. Tanto Liz como Nat estaban seguras de que romperían muchos corazones esa noche, aunque era obvio que no estarían disponibles para ningún chico, sus corazones ya estaban muy, muy ocupados.

-Mira tu cuello y un poco más abajo... Pelirroja traviesa...

Liz sonrió con malicia, y se aguantó las ganas de soltar una fuerte carcajada cuando la sonrisa de su mejor amiga se desfiguró un poco. Unas ligeras manchitas moraditas lograban verse aún debajo del maquillaje que ya se había puesto para cubrir todas las marcas que habían aparecido mágicamente en su cuello y... Sobre el borde de una de sus pechos.

-Cielos... Ayúdame a cubrirlo, Liz.

Nat acarició sus piel y sintió todos sus vellitos erizarse al recordar los labios juguetones que habían estado anclados sobre su piel hace pocas horas, besando y mordisqueando en el hueco de su cuello hasta el cansancio. Debió detenerlo antes de caer rendida ante todos sus besos.

-Ya, ya... Tranquila, no eres la única y no hablo precisamente de mi... -Liz sonrió divertida. No tenía dudas de que la tía Rachel y su mejor amiga eran tal para cual, bien podría ser su mismísima hija, compartían las mismas mañanas.

-¿Mamá? -Nat preguntó sorprendida, pero Liz negó con la cabeza.

-No... Mira atrás de ti...

Liz le hizo una seña para que mirara a través del espejo, ahí estaba de quien hablaba aún sentada sobre el borde de la cama mientras refunfuñaba, Jessica se encontraba ayudándola con algunos detallitos en su atuendo. La tía Rachel se rehusaba a ponerse los zapatos planos que habían conseguido para ella. Además ni combinaban tanto con su ropa.

-¿La tía Rachel? -Nat ahora si que puso una enorme cara de sorpresa para después reírse bajito.

-Así es, hormiguita. Que esa carita inocente y seria no te engañe, la tía Rachel se ha estado portando muy mal junto al tío Chad. Solo un idiota creería que las marquitas en su cuello son picaduras de mosquitos... ¿Por quién me toma? Ya no soy una niña... -Liz le susurró y ambas rieron sin poder evitarlo.

-Entiéndela ella nos sigue viendo como a unas bebés, además mi tía es muy penosa para ese tipo de cosas, no le gusta exhibirse de esa forma. Quizá sólo lo dijo para que no pensemos cosas malas de ella, no sé... -Nat sonrió y se encogió de hombros.

Lღcɑʍєитє Eиɑʍღʀɑdɑ 💕Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang