CAP 68 DEZPLAZADA

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"Las lágrimas son palabras que tu corazón no puede pronunciar. ¿Dónde estás?".

La manaña llegó y con ella el arduo trabajo y estrés de preparar una cena de año nuevo como para 10 personas. Natalia había hecho todo lo posible por aligerara la carga y el ambiente tensó que se respiraba dentro de la casa. Sin embargo, el hecho de que el tío Chad hubiese desaparecido junto con el perrito que él y su tía habían encontrado en la entrada de la casa no hizo más que poner a la pelinegra de muy mal humor.

No hubo nada que pudiesen decirle como para convencerla de que ambos estaban bien y que de seguro volverían en unas cuantas horas. En verdad necesitaba asegurarse de que no había sucedido nada malo y cuando su teléfono la envió al buzón de voz las cosas se pusieron aún peor. Rachel había llorado gran parte de la mañana para después encerrarse en la cocina y comenzar con los preparativos. Era 31 de diciembre y la ciudad estaba prácticamente de cabeza, muchos locales pequeños como la florería no habían abierto mientras que otros no paraban de trabajar arduamente.

-Cuando vea a Chad lo castraré... Lo que dijo no tiene perdón... Es un imbécil.

Liz bufó furiosa mientras se secreteaba con Nat en la cocina. Su tía había subido un momento a la habitación para atarse muy bien el cabello. El asado ya estaba en el honor y ellas se encontraban preparando un deliciosa ensalada mediterránea, su tía se encargaría del puré de patatas apenas bajara.

-No lo sé, Liz. Creo que le hubiese sucedido a cualquiera, más a alguien como él, ambas sabemos que el tío Chad tiene una enorme bocota y una facilidad impresionante para meterse en problemas. -Nat abogó por él a pesar de que había dicho que no lo haría, el tío Chad tenía una mala suerte muy peculiar, y muy parecida a la suya, quizá por eso empatizaba mucho con él.

-Pues si, pero en lugar de enfrentar la situación nos abandona con la fiera. Debería estar aquí tratando de arreglar todo, no empeorándolo, ni siquiera le responde los mensajes. Igual y se aburrió de tanto drama y se regresó a Australia. Después de lo que le dijo a la tía Rachel lo creo capaz de cualquier cosa. -Liz le dijo muy molestas mientras picaba la lechuga con mucha brusquedad.

-Hay que darle un voto de confianza, ha hecho mucho por nosotras como para dejarnos así no más, además ambas sabemos que el tío Chad está perdidamente enamorado de mi tía. Lo ha demostrado de todas las formas posibles. -Nat le respondió en su defensa, pero ambas terminaron guardando silencio cuando su tía volvió a aparecer, en verdad se veía muy mal, lucía terriblemente enferma.

-¿Estás bien, tía? -Nat le preguntó angustiada, su tía negó con la cabeza.

-La verdad es que no... Me he sentido muy mareada desde anoche, me duele la cabeza y creo que tengo un poco de temperatura. Creo que algo me sentó mal en él estómago o quizá fue por exponerme al frío helado de la madrugada.

Rachel les dijo sin mucho ánimo antes de ponerse a pelar las patatas, les dio las espalda a su niñas y continuó con sus tareas. Liz y Nat se miraron preocupadas. ¿Eran los síntomas del embarazo gritando o a caso era algún resfriado? La verdad es que aquello era terreno desconocido para todas, nadie cercana a ella había estado embarazada recientemente.

-Tal vez deberíamos cancelar todo e ir al médico, tía. -Nat se volteó para ir junto a la terca mujer y mirarla de soslayo. Otra vez había estado llorando se notaba en sus ojos enrojecidos e hinchados.

-Sabes que no me puedo permitir ir a un médico, amor. No tenemos dinero, pero estaré bien... Tomaré un té y listo.

Rachel le aseguró, Nat asintió, la abrazó de lado para después alejarse y volver con Liz. Las cosas no podían lucir más horrible, pero parecía que todo al rededor de ellas se confabulaba en contra de la familia para que pasaran por momentos muy malos. No era justo, además era Navidad.

Lღcɑʍєитє Eиɑʍღʀɑdɑ 💕Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt