I'm in love with a dirty | Jerrie thirlwards

Señora Thirlwall

                  

                  

Quedaban tres días para que Jade subiera al avión que la alejaría de toda su familia, ella debía admitir que estaba demasiado nerviosa por ir a un lugar completamente desconocido, con gente desconocida. Jade, pasó la mitad de su vida adolescente trabajando para ahorrar y pagarse los estudios que tanto deseaba hacer. Sus padres intentaron convencerla de que estudiara en Londres, pero salía de su presupuesto.

Gracias a dios, donde ella estudiará, tiene todo dentro del pack que pagó. Apartamento (Aunque es compartido), estudios más clases extra escolares y un trabajo donde no tenía que pasarse diez horas y cobrar una miseria. Jade se lo pensó veinte veces antes de enviar la solicitud, y cincuenta veces antes de ingresar el dinero, todo su dinero.

Jade estaba tan nerviosa que dejó sus pequeños dedos sin uñas, su tiempo pasaba demasiado despacio ya que por más cosas interesantes que hiciera, el tiempo seguía pasando despacio. Y no sabía si era por nervios, buenos, o malos.

-¡Jade! -Se escuchó gritar. - ¡Baja tenemos que decirte algo! -

Jade, que estaba tirada en su cama dejando sus pensamientos fluir, tardó unos segundos en reaccionar y bajar a ver qué quería Serena, su madre.

- ¡Ya bajo! -Exclamó desde arriba, - ¡Estoy bajando! -

Una vez abajo, Jade se encontró con sus padres, Serena y Jonathan, tenían rostro de preocupación, Jade comenzó a temblar antes de que sus padres abrieran la boca para decir cualquier palabra.

-Acaban de llamarnos de la escuela, han adelantado el vuelo. -Dijo Serena desanimada. -Y no tendrás tu apartamento hasta el martes, por lo tanto tendrás que hospedarte en un hotel. -

Jade agachó la cabeza, su corazón se encogió al saber que ahora quedaba mucho menos para despedirse de sus padres. Algo que con certeza no quería hacer.

- ¿No dices nada cariño? -Preguntó Serena un poco tranquila, -Te vas antes, y tendrás unos días más para visitar Nueva York. -

-     No es que no me guste la idea de irme ya, es que...-Pensó un momento cuando Jonathan le interrumpió. -

- ¿No te estarás echando atrás? Has invertido mucho dinero, tiempo y esfuerzo para esto, cariño no puedes decir que no ahora. - Negó con la cabeza, y trató de hablar mirándoles a los ojos. -

- Solo, os voy a extrañar. -Serena y Jonathan sonrieron sin pensarlo dos veces y se acercaron a Jade, abriendo sus brazos le dieron el abrazo más fuerte que jamás le dieron, como si fuese la última vez que fuesen a verle. -

Las horas pasaron, y Jade no tenía de quién despedirse, ya que se despidió de sus amigas el día anterior, y de su familia la semana pasada, no tenía nada preparado, ni la maleta, ni la ropa fuera del armario, todo estaba igual que antes de decidir que se marchaba hace cinco meses atrás. Excepto el desorden. Jade era una persona impecable, pero nunca en su habitación.

Llegó la hora de la cena, y Jade había puesto su habitación patas arriba. Había tirado todo lo que había en su armario, toda su ropa, se sentó sobre ella, y comenzó a doblarla, ella decidió cenar después de tenerlo todo preparado. Al día siguiente, ella iba a tener que estar a las once de la mañana en el Aeropuerto para coger su vuelo a Nueva York a las doce.

Después de dos horas consecutivas doblando ropa, Jade se levantó y sacudió sus leggins llenos de polvo, y resopló apoyando su cuerpo sobre el armario.

- Vamos Jadey, queda menos. -Dijo en un suspiro, pasando la palma de su mano por su frente para apartar los mechones que caían por su frente.

El reloj marcaban las diez de la noche, Jade estaba hambrienta, y cansada. Su habitación aún estaba patas arriba, pero la peor parte estaba lista, sus maletas estaban llenas con toda su ropa. Pero aún faltaban muchas cosas que preparar. Jade no sabía cómo llevar su guitarra, su ordenador cabía en las maletas, pero la guitarra no. Y ella no tenía una funda para llevarla con ella, ya que Jade solo la tocaba cuando su casa estaba vacía y nadie podía oírle tocar.