El primer pesame.

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Pov. Perrie:

–Pensé que eras hija única –, susurró, ya que le era difícil hablar.

–Lo sé, porque no suelo ir diciendo por ahí que tengo una hermana biológica –, suspiré –Te explicaré todo desde el principio para que puedas llegar a comprenderlo, aunque no todos lo hacen.

Jade me miró, atenta, dispuesta a escucharme, sus ojos se mantenían abiertos, aunque pedían por ser cerrados y descansar.

–¿Por qué no lo entienden? –, preguntó con el ceño fruncido.

–Porque, no todos sufren algo así, entonces hay dos tipos de personas, los que se compadecen, y los que te dicen que no es para tanto.

Respiré hondo, y empecé a relatar la historia que tanto odiaba, escucharme a mí misma explicando el mayor de mis dolores... la razón por la que me cerré en banda.

–Mis padres se divorciaron cuando yo tenía diez años, yo apenas tenía idea de que pasaba, pero Brooke si era consciente de todo...

«Las discusiones empezaron cuando yo tenía ocho, era una niña pequeña, por lo que ignoraba cualquier grito que escuchase fuera de mi habitación, nunca prestaba atención, así que Brooke estaba conmigo en todo momento, si mis padres gritaban solo pasaban diez segundos para que ella estuviese conmigo en la cama, hablándome de cualquier cosa para que ignorase los problemas que habían en casa, cuando tenía nueve años empecé a comprender un poco más, cuando mi hermana dejaba de tener cabello y pasaba casi todas las mañanas fuera de casa, y no, no estaba yendo a la escuela. Mis padres no se tomaron molestias de sentarse y explicármelo, simplemente discutían porque no encontraban una solución, así que fue Brooke, quien me explicó que estaba sufriendo cáncer, no supo cómo explicarme de que se trataba, solo me explicaba que debía estar en el hospital si queríamos que se recuperase. Mi hermana estuvo yendo a tratamientos, día tras día, uno tras otro, a veces pasaba semanas fuera de casa, hasta que cumplí los diez, fue cuando mis padres decidieron que no aguantaban más aquella situación, y se divorciaron, entonces mi hermana se quedó en casa, decisión propia, los médicos venían a visitarla todos y cada uno de los días para medicarla y tratarla... cumplí los once, y mi hermana se recuperó, el cáncer desapareció, su cabello empezó a crecer y las cosas fueron a mejor, estaba feliz así que lo único que hacía era pasar tiempo con ella, todo aquel que no pude cuando entraba en cuarentena o estaba en el hospital... »

Sentí mi rostro húmedo al palparme las mejillas, estaba llorando y no tenía control alguno sobre las gotas que rodaban sobre mi piel.

–Siento muchísimo todo lo que tuviste que pasar, debe de ser... doloroso –, suspiró. –Deja de llorar, ven aquí.

Alzó un brazo, me tumbé a su lado, me abrazó, sintiéndome débil, sabía que debía continuar con la historia, mi corazón estaba hecho pedazos en aquel momento, fue difícil continuar, pero ahora, quería que Jade supiese todo, la razón por la que no quería abrir mi corazón, la razón por la que soy así.

–El siguiente año fue perfecto, mi hermana estaba mucho mejor, aunque ella ya era mayor, seguía jugando conmigo y me ayudaba con todas las tareas de la escuela...

«Brooke siempre me decía que debía continuar con mi vida si algo fuese a ir mal, si ella se marchaba para siempre... me hizo prometer que sería alguien, que aprovecharía mi vida. Pero ese año apareció Leigh-Anne, entonces la odié, la odié porque su madre estaba con mi padre, porque mi padre había llegado a ser capaz de amar a otra persona que no fuese mi madre. Al principio solo la ignoraba, estaba en casa, pero para mí no era nadie, el único foco y modelo a seguir que tuve, y que siempre tendré, fue y será mi hermana, la foto... esa foto, fue la última que tuve el placer de tener con mi hermana, si te fijas, ella lleva un pañuelo en la cabeza, era rubia como yo, aunque tenía matices morenas, como mi padre, ella era hermosa y risueña, era todo un ejemplo, era digna de admirar, una gran persona, aun le estaba creciendo el cabello, pero uno de aquellos días, poco antes de yo cumplir los catorce, Brooke tuvo que ir al médico, para una revisión, para comprobar que todo fuese bien, volvió a casa feliz, porque los médicos le informaron de que todo marchaba bien... pero a la semana, recibimos una llamada, los análisis habían dado positivo en algunas cosas que no debían, mi hermana me permitió ir con ella, pese a que insistió en que permaneciese en casa, el médico le informó que... el cáncer se le había extendido por todo el cuerpo, y que en cuestión de semanas su corazón dejaría de latir, que no había nada más que hacer, el médico, pese a que no lo dijo, nos dio el primer pésame, aunque seguía siendo pequeña comprendí lo que estaba pasando, mi hermana se iba a marchar, para siempre... »

I'm in love with a dirty | Jerrie thirlwardsOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz