Un beso falso.

1.5K 147 30
                                    

Cuando Jade se aseguró de que Perrie se había ido, rompió en lágrimas, no solo por aquellas crueles palabras nombradas por ella, si no, por el hecho de estar completamente sola en esa ciudad, de sentir no tener a nadie para explicar lo que sentía, de no saber cómo expresarse y sentirse sin amigos, sin familia, sin nadie.

Pov. Jade:

Paralizada, sin saber cómo responder, me lancé en la cama rompiendo en lágrimas, cada vez mas fuerte, me aferré a las sabanas ahogando gritos entre ellas. Sabía que ella no era la persona más amable del mundo, que decía cosas crueles de los demás sin razón, pero jamás imaginé que sería capaz de hablarme así, ella no me conoce ni sabe nada de mí, desde un principio, desde que me robó, tuve que haberme mantenido alejada de ella. Jamás tuve que haberla besado, jamás tuve que acercarme a ella; Jamás tuve que haber venido.

Escuché varios pasos por el pasillo, y limpié mis lágrimas lo más rápido que pude, cuando vi a Edric abrir la puerta y acercarse a mí con una compasiva mirada.

–Cariño, ¿Qué ha pasado? –Preguntó sentándose en la cama, a mi lado. – ¿Por qué se ha ido tu amiga? –Me miró con lastima, y sentí su cálida mano posarse sobre mi espalda.

–No ha pasado nada, abuelo, tranquilo. –Sonreí, como pude, aunque no tenía ganas de hacerlo. –Solo hemos discutido. –Limpié mis lagrimas con el dorso de mi mano, tratando de olvidar lo pasado, para no tener que dar explicaciones.

–Oh pero, si estabais pasándolo genial. –Reí siendo irónica. –No llores. –Suplicó, no apartó la mirada de mis ojos en ningún momento.

Cerré los ojos por un momento, sintiendo las lágrimas sin control resbalar sobre mis mejillas, los abrí como pude y miré al techo tratando de relajarme, respirando profundamente esperando con eso sentirme un poco mejor.

– ¿Cómo soportas que alguien te grite o te hable mal? –Me encogí de hombros. –Yo no puedo hacerlo. –

–A veces nos descontrolamos y decimos cosas que realmente no sentimos. –Se acercó más a mí. –No te preocupes, seguro que se disculpará. –

– ¿Perrie? –Reí. –No, ella no, posiblemente otra persona si tenga remordimientos y se disculpe, pero ella no. –Conté tratando de calmar mi respiración y controlar mis lagrimas, al recordar todo lo que ella dijo. –Ella le hablaría así hasta a un cachorro, haciéndole sentir más pequeño de lo que ya es. –

–Solo espera que pasen unos días, y lo hablas con ella. –

–No, no quiero hablar más con ella, que se vaya al infierno con su orgullo y palabras crueles. –Hice de mi mano un puño con las sabanas entre ella, y las retorcí ahogando un grito con mucha fuerza. –No quiero volver a verle la cara. –Sollocé sin control, recordando las crueles palabras que nombró Perrie hace un rato.

Edric no dijo nada más, solo se acercó y me abrazó, lo que necesitaba, un abrazo, un abrazo caliente repleto de cariño, no pude no retribuir ese abrazo, temblé en sus brazos y ahogué un grito de rabia contra su hombro, el me presionó más a él, haciéndome sentir a salvo. Nunca supe que era tener un abrazo de un abuelo, de tu abuelo, hoy, lo supe, pese a todos los años alejada de ellos, en pocas semanas han podido enseñarme y demostrarme todo el cariño que no me dieron en toda mi vida.

Minutos después, Edric se retiró de mi habitación dejándome sola, realmente, su abrazo calmó mi llanto, todo lo que pasó quitó mis ganas de comer algo, así que dormí sin siquiera cambiarme o apagar las luces, no quería moverme de la cama. Solo quería olvidarme de aquella estúpida y seguir con mi vida, hacer lo que vine a hacer:

I'm in love with a dirty | Jerrie thirlwardsWhere stories live. Discover now