Cierra el pico Jessica.

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Pov. Perrie:

Estaba a punto de vomitar. Comí más de la cuenta. Cuando nado durante horas soy capaz de comerme un jabalí pero por alguna razón cuando estaba llegando a la mitad de mi pizza sentía que explotaba, sin embargo Jade se zampó hasta la última pizca de su pizza. Parecía estar tan tranquila, como si no hubiese comido nada de nada, incluso hasta pidió comerse la mía, le dije que sí pero miró su barriga y dijo que si la comía se pondría gorda, —menuda estupidez— el día se acababa y el sol estaba acabando de esconderse, y yo ya tenía que marcharme aunque no quería, Jade tenía la casa sola y no creo que a ninguno de sus abuelos les hiciese mínima gracia que alguien pasara tantos días aquí dentro como huésped.

Jade se encontraba hablando con Jorge, echándole la bronca por algo sin sentido, creo que era por no lavarse las manos antes de lavar la cebolla, —porque cuando no lo haces, las cebollas te hacen llorar— o más bien "te hacen ponerte triste" según Jade. Yo jamás había pelado una cebolla, como mucho había hecho un hueco frito y ya digo más de la cuenta. Yo la observaba sentada sobre la mesa de metal de la cocina mientras al mismo tiempo revisaba mi correo en el móvil.

–¡HOLA! –, todo comenzó a moverse de un lado a otro, como si un terremoto hubiese invadido Nueva York, pero en este caso era mi cabeza –. ¡¿QUÉ HACES?! – gritó Jade en mi oreja de nuevo.

–Jade, no estoy sorda, puedes hablarme sin chillar –, levanté la vista poco a poco, fulminándola con la mirada.

–Tienes razón Pezz, lo siento Pezz... Hola Pezz, ¿Qué haces? –, corrigió.

–Estoy mirando el correo, ¿has terminado de gritarle a Jorge? –. Alcé una ceja provocando que se pusiera de morros.

–No le estaba gritando, el, el... ¡Las cebollas te ponen triste! –. Se llevó un dedo a la boca pensativa –, al menos a mí si –.

–Tu sí que eres una cebolla –. Bajé de un salto del mármol y me coloqué frente a ella –, salgamos de aquí pequeña –.




Jade se quedó dormida en el sofá mientras veíamos una película así que decidí marcharme a casa, antes de que Jesy comenzase a preocuparse, a llamar dos veces por minuto, y a sudar de nerviosismo, dejé una nota diciendo que me marchaba. No quería despertarla, ella había dormido menos horas que yo, y con todo lo que corría y nadaba no me extrañaba que se quedase frita a primera de cambio; le pedí a Jesy que viniese a recogerme a un par de manzanas de la mansión antes de que comenzase a hacer preguntas, tuve que esperarla porque su hermoso ego estaría herido y daría más varios rodeos simplemente para tardar más y hacerme esperar; lo comprendía, la dejé tirada...

Jesy llegó con la cara de perro, me abrió la puerta y parecía bastante cabreada... Pero tenía una explicación, yo me enfadaba más que ella habitualmente, pero ella era más cabezona.

–Me fui porque... –.

–Te dije que Niall iba a estar fuera, no me apetecía estar sola y cuando me quedo dormida te vas a saber dónde, ¿a hacer esas cosas que haces en la calle? ¿A meterte en peleas como siempre o algo? Porque como no tengas una buena excusa te juro que te llevo hasta la otra punta de Nueva York para que vuelvas andando o en transporte público y sola... –.

–Jade me llamó borracha, estaba en medio de la calle pero cuando fui a buscarla ya estaba en la mansión... –. Jesy aparcó en el primer hueco libre que había y me miró con los brazos cruzados. –Estaba indispuesta, demasiado, jamás iría a ninguna parte a las cinco de la mañana si no fuese importante... –.

–Pero yo soy tu mejor amiga, sé que la quieres y que aún dudas que sientes y todas esas mierdas que tienes en la cabeza que te tienen sensible, e irritante, como si tuvieses el periodo todo el tiempo sin fin o como si fueses una gominola al sol, pegajosa y derretida pero ármate de valor ya y diselo, ¿qué vas a perder? Nada, a demás se ve que esa muchacha te quiere también con todo su corazón, pero nada es fácil y tú... –. Hablaba casi sin respirar, moviendo sus manos de un lado a otro expresando sus palabras como si hablase con un sordo mudo.

I'm in love with a dirty | Jerrie thirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora