"Bonita pero peligrosa"

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Pov. Perrie:

Me desperté sola en la cama, al principio me costó reconocer donde estaba, pero al recordar todo lo pasado el día anterior, sonreí ampliamente, me sentí mejor de lo que imaginé.

Recorrí la habitación con los ojos, y no vi a Jade por ninguna parte, entré al baño a lavarme la cara y a enjugarme la boca, una vez lista, me puse las zapatillas con las que vine hace unas... Seis horas y salí de la habitación con el fin de encontrar a Jade, no quise comenzar a abrir y cerrar puertas, así que fui al salón; no estaba, pero una voz llamó mi atención, ¿Cómo no hacerlo?

–Déjame hacerlo a mí, quiero que el mérito sea mío, no tuyo –. Hablaba aquella melódica y dulce voz de fondo –. ¡No! Eso no le gusta... pásame eso –.

–Pero Jade... –.

–Pero nada, vamos, ve a hacer otras cosas –. Sonreí al ver a Jade con el pelo recogido en un moño, concentrada sujetando la sartén.

–Huele muy bien –. Dije, entonces se volteó asustada, con la espátula y la sartén sobre sus manos, estuvo a punto de lanzarlas al aire –.Tranquila, soy yo, no vengo a matarte, deja eso donde estaba –. Hablé con las manos en el aire, tratando de calma el, sonrió relajando todas sus facciones y volvió a dejar las cosas en su sitio.

Me acerqué a pasos lentos para ver que cocinaba, pero no había tiempo para que eso me importase, estaba hermosa, y quería aprovechar esa vista de ella con la camisa arremangada en la cintura y con el culo casi al aire antes de que se cambiase de ropa.

–Buenos días dormilona –. Habló, apagando el fuego –. Quería despertarte yo, pero... ¡Jorge, no dejaba, de decirme, como, hacer, las cosas! –. El muchacho la miró desde el otro lado de la cocina, y ella le sacó la lengua, burlona.

–Buenos días –. Teniendo la iniciativa, me incliné y besé su mejilla para después abrazarla.

Jade no tardó en darse la vuelta rápidamente para poder sonreír y sonrojarse sin que yo la viese...

Jade preparó zumo natural de naranja, dejando claro varias veces que había sido ella sola quien lo había preparado, también hizo huevos revueltos, y pan tostado con mermelada y mantequilla, comida que pudimos disfrutar en la parte trasera de la casa, parte que jamás había visto.

El jardín era aún más grande que el principal, en él había una piscina lo suficientemente grande como para meter a cien personas y seguir habiendo espacio para cincuenta más, había una barbacoa en un rincón, grande para asar mucha comida al mismo tiempo, hamacas que rodeaban la piscina, ninguna era de plástico, todas eran cómodas hamacas de madera de roble con colchas de más de una palma de ancho donde podrías pasar semanas durmiendo sin sentir ningún dolor en la espalda, colchones de plumas estaban cosidos en ellas, y posa brazos de madera, mientras que el cabezal tenía una pequeña placa de metal, más ancha para poder colocar bien la cabeza, mientras que con una pequeña palanca que se posaba al lado izquierdo podías regular cualquier forma a tus anchas, ya fuese la cabeza, los pies, piernas, o hasta incluso el trasero. En algunos rincones habían piedras que hacían grandes círculos, donde dentro habían distintos tipos de flores, el color del césped era vivo, y muy verde.

El agua de la piscina era un azul que no se podía ver todos los días, ni siquiera en el mismo cielo, y justo antes de entrar al jardín, había un porche muy amplio, el techo era de madera, y prohibía los rayos de sol entrar, habían varias sillas de madera que rodeaban una mesa de cristal, después estaban las escaleras que daban paso al Jardín.

–Hace un día increíble... –. Comentó Jade sin soltar la taza en la que tenía su preciado zumo de naranja, – ¿Te gustaría meterte en la piscina? –. Sugirió.

I'm in love with a dirty | Jerrie thirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora