Pija de los pantalones rotos.

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Jade buscó en internet teléfonos de Taxistas, a la media hora había un Taxista frente la casa, Jade estaba terminando de arreglarse, aunque no lo hizo mucho. Ella optó por unos tejanos marrones ajustados, que tapaban su ombligo, unos tacones negros, y una camisa corta que dejaba ver un poco su abdomen, se puso unos guantes, una chaqueta de cuero blanca, y una bufanda negra, su pelo ondulado caía por sus hombros y espalda, y ella estaba lista para salir.

Cogió dinero suficiente como para ir y volver, bajó, y revisó que no se le olvidase nada.

–Teléfono, dinero, y pinta labios. –Abrió el pinta labios y lo pasó por sus mismos labios, los movió un poco para que se esparciera, y mirándose en un espejo, se guiñó a sí misma. – ¡Lista! –Se habló.

Jade se estaba acercando a la puerta cuando vio a Eliza.

– ¿Lo llevas todo? –Jade asintió. –Toma, aquí tienes una copia de las llaves de casa y algo de dinero. –Le entregó cien dólares, y las llaves.

–No, yo ya llevo mi dinero, no comparé nada. –Eliza no dijo nada, y puso el dinero y las llaves en sus manos. Jade se quedó paralizada unos segundos.

Se acordó de que el Taxista esperaba, y salió corriendo de la casa sin rechistar, se subió al Taxi, y mandó llevarla al centro de Manhattan. Tardaron un poco en llegar, pero por fin el coche paró y Jade le pagó al Taxista, despidiéndose de sus treinta dólares restantes, miró a todo su alrededor. Las calles estaban iluminadas, las tiendas estaban abiertas, y había bares, cafeterías, tiendas, todo estaba a su disposición, excepto que no había mucha gente, y eso Jade lo agradeció.

Jade paseó por las calles mirando tiendas, agarrando el móvil y el dinero con sus manos para que nadie lo robara, Jade estaba asustada, pero entusiasmada al mismo tiempo.

Jade pasaba por una calle no muy iluminada después de pasar varias horas caminando, y eso no le gustó nada, estaba deseando salir de allí para terminar de ver un poco más, Jade dio un salto al escuchar pasos de personas corriendo tras ella, inmovilizada, Jade cayó al suelo con alguien encima.

– ¡Au! –Gritó Jade.

– ¡Cierra el pico! –Le gritó la chica que cayó sobre ella, quien le tapó la boca y la arrastró por el callejón más cercano, ambas se quedaron detrás de un contenedor.

–Te daré todo lo que tengo. –Aquella chica volvió a taparle la boca. –Por favor no me mates. –Dijo Jade con el pulso acelerado, las manos al aire, y sus ojos que pedían clemencia.

–No voy a hacerte nada, solo cállate. –Volvió a decir, destapándole la boca.

Aquella chica se asomó viendo personas correr en la dirección que ella corría, pasar el callejón de largo, se levantó y sonrió victoriosa. Le extendió una mano a Jade y le ayudó a levantarse del suelo húmedo.

–Discúlpame. –

– ¿Qué te disculpe? ¡Me has tirado al suelo! –Gritó Jade cabreada. Muy cabreada, dando una pisada fuerte al suelo.

–Si no hubieses estado en el medio esto no hubiese pasado. –Dijo asqueada. –Soy Perrie. –Dijo con chulería.

–Oh, Perrie, encantada, gracias por tirarme al suelo, y romper mis pantalones. –Jade comenzó a caminar hacia delante, y aquella chica la agarró del brazo haciendo dar media vuelta.

–Me he disculpado, podrías ser más amable niñata. –

–Oh, claro, voy a ser amable con alguien que me llama niñata, por favor. –Jade la miró irónica, quedándose parada frente a ella, en el callejón no había luz, así que ella solo alcanzaba a verle solamente los ojos, que brillaban como dos estrellas azules gracias al reflejo de la luna.

I'm in love with a dirty | Jerrie thirlwardsTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang