I'm in love with a dirty | Jerrie thirlwards

Body Healt (Parte dos)

           

Pov. Perrie:

–Sácalo, quiero verle la cara –, casi sonreí al ver a Jonan atravesar una de las puertas que había en aquel gran salón.

Jonan les hizo unas señas a sus hombres, y segundos después vi como Jota y Eduardo arrastraban a Jordan por el suelo, estaba en muy malas condiciones, estaba sudando y sus pantalones mojados.

–¡Tío! –, cuando lo mantuvieron sujeto sobre el plástico blanco que había en medio de la sala, me incliné a dos metros de distancia, mirándole con una sonrisa sarcástica –¡Apestas! –, reí mirando a Jonan quien comenzó a reír junto a mí.

Eduardo y Jota se mantenían serios en su posición, sujetando a Jordan quien intentaba deshacerse de su agarre.

–Ni lo intentes amigo, ¿Quieres que te partan las piernas? –. Jonan se colocó a mi lado. –¿Cómo estás? ¿Tienes hambre? –, me burlé de él y de las condiciones en las que estaba.

–Hija de puta –. Me miró con rabia.

–Ahora resulta que yo soy una hija de puta –. Señalé a Jota quien asintió, se colocó frente a Jordan, golpeando su puño en el estómago de él. –Te recomiendo que no me faltes al respeto, estoy siendo muy buena contigo, ¿Sabías?

Jordan tosió varias veces, ahogándose al haber perdido el aliento después del impacto del puño de Jota contra la boca de su estómago, volví a reírme.

–¿Cómo está tu hermana? –, aun en las condiciones en las que estaba, sonrió vengativo.

Volví a señalar a Jota.

–Sácale los dientes con los puños, a ver si aprende a cerrar la boca –. Me volteé hacia Jonan, que miraba la escena de brazos cruzados y sonriendo.

–Es duro de pelar –, dijo después, acercándome un refresco del mini bar.

Pov. Jade:

Cuando llegamos arriba, por fin, después de haber tenido que subir y bajar tres veces porque había personas que necesitaban el ascensor, llegamos a un pasillo enorme, con cientos de puertas, parecía un hotel, no podía dejar de mirar hacia todos lados, ¿Posiblemente mantenían aquí a algunos pacientes? No quise decir nada, simplemente esperé a que me llevase con Perrie.

–Espera aquí, enseguida vuelvo –. Se marchó, entrando en una de las puertas.

Seguí inspeccionando el lugar, caminé un poco por el pasillo, todas las puertas estaban cerradas y la mayoría bajo llave, me quedé con ganas de ver que había dentro, pero tampoco quería abrir una puerta e interrumpir nada, cuando me percaté, vi que estaba en la otra punta del pasillo, vi a Ramón aparecer con otro hombre de su mismo tamaño e igual de fuerte, sus brazos eran muy anchos, su rostro era cuadrado y serio, con una barba que ocultaba la mitad de su rostro. Parecían militares.

–¡Jade ven! –, me ordenó Ramón. Y como sumisa que era, me acerqué a él cabizbaja.

–Lo siento yo... solo tenía curiosidad, ¿Ya habéis encontrado a Perrie?

–Está ocupada, pero te pido por favor que esperes un poco más hasta nuevo aviso –.

Por un momento me imaginé lo peor. Tal vez estaba con otra persona, ¿Y si me estaba engañando? Sentí mis piernas flaquear por un momento, sentí mucho miedo de que fuese así, pero conocía a Perrie, era demasiado obvio que si estuviese con otras personas siquiera se dignaría a decirme que me quiere. Quise relajarme, pero no pude, así que insistí.