Bolera.

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Pov. Jade:

Aunque la última semana fue una tortura, después de tantos exámenes seguidos por fin podía decir que era una persona libre. Era el último día de clase y no contaba las horas para salir de aquel lugar y no volver por aquí en unas semanas. Como los niños también tenían vacaciones en sus escuelas tampoco tendría que trabajar, por lo que pasaría unas largas y pacificas vacaciones. Por primera vez pasaría las Navidades "sola", no podría viajar a Londres por problemas económicos, aunque lo intenté, no tenía suficiente. Sabía que, si pedía algo de dinero a mis abuelos, ellos me lo darían sin problema, pero ya que no pasaría las Navidades con ellos, pese a que era lo que estaban esperando, pedir dinero sería hacerles un feo. Prefería afrontar la situación, y pasar las Navidades con mi propia compañía, aunque fuese duro.

La campana sonó y todos los alumnos nos levantamos casi de un brinco. Todos salimos con una enorme sonrisa entre los labios, incluida yo. Salimos escuchando carcajadas y charlas de sobre lo que iban a hacer estas Navidades, Harry y yo nos unimos a Lauren, que esperaba frente nuestra puerta a que terminásemos la clase. El profesor de biología siempre hacía sus clases un poco más largas, por lo que un par de días a la semana salíamos más tarde. Mientras Harry y Lauren hablaban entre sí, enfoqué mis ojos en Leigh, que caminaba de la mano con una de sus compañeras de clase.

–Tengo ganas de ver a mis primos, vienen desde Europa, tienen que estar enormes –, nos explicó Lauren. Aunque lo cierto era que estaba más pendiente de cualquier otra cosa menos de ella, buscando con mis ojos a otra persona –Supongo que viajaremos a Miami con mis abuelos...

–Lo dices como si fuese algo malo, ¿Miami? Llévame contigo, hace años que no veo agua de mar–.

–Si decidieses pasar las fiestas de Navidad conmigo, acabarías rodando por el suelo –, Lauren abrió sus manos –¡Los platos de comida son enormes! –, dijo, alargando y remarcando la última palabra.

–Así tienes el culo, ¡No comas tanto! –, Lauren golpeó a Harry haciéndolo brincar. Harry se colocó detrás de mí, protegiéndose – ¡No permitas que vuelva a hacer eso!

–¡Oye! –, lo empujé –No digas entonces que tiene el culo gordo, el tuyo no es pequeño.

–¡JÁ! –. Se burló Lauren –Poder de mujeres –, alzó el puño e hice lo mismo, lo chocamos y aunque Harry hizo una careta, acabamos riendo los tres.

–Se nos acabó Jade... –, fruncí el ceño, confundida –Ha llegado la caballería.

–¿Cómo? –, mi amigo me sujetó del brazo e hizo que me voltease.

Sentí el mundo pararse por un segundo... un segundo que pareció horas.

La melena rubia caía como una cascada por sus hombros, y aquella hermosa sonrisa deslumbrante, creció cuando mis ojos se posaron sobre los azules de ella. Tenía la mochila colgando del hombro, y la chaqueta de cuero sujeta a un solo dedo tras su espalda. Perrie estudiaba en la planta alta del edificio, por lo que nunca la veía por los pasillos, y solo de vez en cuando la encontraba esperando apoyada en la pared, de aquella manera. Aquella tan sexy. Ambas sabíamos que era el último día, y que tendríamos muchos más por delante para pasar algo de tiempo juntas, y al mismo tiempo; sonreímos.

–A veces pienso que tiene un problema, solo mírala, parece que el mismo Jesucristo se le haya aparecido, diciéndole "¡Eres la elegida!"–, Harry me dio un empujón para que siguiese caminando –Esto no es una película, las agujas del reloj se siguen moviendo, así que hazlo tú también.

Para mí, el tiempo si se paralizaba cada vez que la veía.

Aunque solo fueron unos segundos los que estuve quieta, mirándola y babeando, si sentí como todo mi alrededor se ralentizaba y un foco brillante se posaba sobre su figura, como si ella fuese la única que existiese en aquel lugar, en ese instante.

I'm in love with a dirty | Jerrie thirlwardsWhere stories live. Discover now