Chocolate.

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Las horas pasaban demasiado despacio, Perrie pasó ese tiempo en el balcón fumando y hablando por teléfono, mientras Leigh-Anne y Jade veían la televisión, sin hacer nada, ni dirigir palabras entre ellas, el aburrimiento estaba por todos lados, y no había manera de sacar tema de conversación.

–Deberíamos ir a comprar algo de comida, ¿Hay algún súper mercado por aquí? –Preguntó Jade entusiasta.

–Si, a unas manzanas de aquí, ¿Qué dices Perrie vamos a comprar? –

–Id vosotras, comprarme helado y tabaco. –Mandó como si ellas estuviesen a sus órdenes.

–Hermanita, si quieres algo mueves el culo, vienes con nosotras, y lo compras tú, no somos tus sirvientas. –Aclaró Leigh.

– ¿No puedes hacer nada por mí por una vez en tu vida? –Perrie lanzó el cigarro que tenía entre sus dedos por el balcón y se acercó a nosotras. –Bien, pues vamos. –

–También tendremos que comprar un cenicero. –Comentó Jade mientras se levantaba del sofá con Leigh.

Leigh y Jade se prepararon para salir, y solo Leigh cogió las llaves de casa, todas cogieron dinero, y salieron por la puerta, caminaron hasta encontrar un súper mercado, entraron y comenzaron a buscar cosas necesarias para el apartamento.

–Huevos, carne, patatas, naranjas para la señorita, helado para la otra señorita, y cereales para la de las naranjas. –Dijo Leigh mirando el carro de la compra.

–Chocolate, falta chocolate, no puede faltar el chocolate, jamás, siempre debe haber chocolate en mi vida. –Saltó Jade cogiendo chocolate y soltándolo en el carro sin pensarlo ni pedir opinión.

Perrie miró a Jade, y evitó sonreír.

– ¿Qué pasa ahora rubia? –

"Ya tengo mote, ahora soy la rubia, perfecto." Pensó Perrie para sí misma.

–Nada, solo que vas a tener que compartir eso conmigo. –Asumió y siguieron caminando, y Jade habló.

–Después de robar mi dinero, ¿Debo darte de mí chocolate? –Jade arqueo una ceja, y Perrie asintió sin más.

–Si no compartes siempre puedo comerlo mientras estés dormida. –Dijo pasando delante de ella. –No eres la única a la que le gusta el chocolate. –

"Por fin, tenemos algo en común" Pensó Jade un poco aliviada.

–Lee, yo pongo otra norma. –Dijo mirando a Perrie, llamando su atención. –Prohibido comer mi chocolate mientras duermo. –

–Bien, pues iré por más y ese será para mí. –Vaciló. –No te metas conmigo y el chocolate, acabarás perdiendo. –

–Dejar de discutir por esta mierda, o no habrá chocolate para ninguna de las dos. –Leigh calló un instante. –Perfecto ahora parezco una madre de dos niñas pequeñas. –

Jade comenzó a reír sin control, –Está bien, está bien, rompo esa norma, compartiré mi chocolate. –

–Gracias mami. –Dijo Perrie mirando a Leigh. – ¿Qué tal un poco de pescado? –Jade hizo cara de asco al escuchar esa palabra. – ¿También te vas a meter con el pescado? Te estás pasando enana. –Bromeó.

–Soy alérgica al pescado. –Dijo. –La última vez casi muero por comerlo en un plato de un restaurante, dos meses ingresada en un hospital. –Dijo Jade con la mirada apagada. –En coma, y a punto de morir. –

–Disculpa, nada de pescado entonces. –Jade comenzó a reír por la tomadura de pelo, carcajeando en alto, Perrie la fulminó con la mirada.

–Te lo has creído, rubia. –Dijo tratando de calmar la risa. –Simplemente no me gustan las cosas saladas, con olor a pescado, con olor a mar, lo odio. –

–Pues yo quiero pescado, y si tú no lo comes, acabaras teniendo culo de negra. –Señaló a Leigh-Anne. –Sigue comiendo chocolate. –

–Te encantaría tener este culo, guapa. –Dijo Leigh golpeándose el trasero mirando a las dos frente a ella.

Después de comprar, las tres cargaron con bolsas de la compra hasta el apartamento, Perrie no ayudó a colocar las cosas en su sitio, pero eso le importó poco a Jade, y a Leigh, ya que reían, hablaban, y contaban cosas entre ellas, Jade estaba impresionada, como podían ser hermanastras, haber vivido juntas, y no llevarse bien, ser tan distintas.

–Vale, mi estómago me lo está rogando, ¿Qué comemos? –Preguntó Perrie sentándose en el taburete de la barra.

–Que tal... ¿Carne con patatas asadas? –Sugirió Jade sonriendo.

–Eh pija, ¿Sabes cocinar eso acaso? –Jade asintió con una pequeña sonrisa entre sus labios. –Pues vamos mujer, a cocinar. –

–Oh vaya, no sé cómo una "Mujer" –Dijo Jade haciendo las comillas con sus dedos. –Puede ser tan machista.

–Y yo no sé cómo una pija no sabe detectar una broma. –Dijo en un tono seco y áspero. – ¿Bueno cocinarás? –

–Sí, pero no pienso hacerlo para ti si no pides las cosas bien. –Perrie resopló y habló enfurruñada.

– ¿ME HACES LA COMIDA POR FAVOR? –Dijo en tono alto, pero sin gritar.

–Bueno, me sirve. –

Jade estuvo haciendo la comida con Leigh mientras Perrie las miraba sentada en la barra, Perrie iba y venía del balcón, inquieta, como alguien hiperactivo.

–Oye, ¿Tu abuela cocinará para nosotras mañana? –Preguntó Perrie. –Pregunto porque seguro tiene personas para hacer la cena, y supongo que no lo hará. –

– ¿A qué te estas refiriendo con esto? –Perrie negó con la cabeza, Jade la miró lo más mal que pudo. Fulminando con la mirada y acercándose a Perrie.

Aunque acababa de conocer a su abuela, ella no iba a permitir que nadie le faltase el respeto a nadie de su familia.

–Escucha, Perrie, si mañana vas a la cena, voy a pedirte que te comportes, porque si no pienso girarte la cara de un guantazo. –Exclamo Leigh-Anne con un chuchillo en la mano.

–Baja eso negrita, no vayas a herir a nadie. –Perrie se alejó de nuevo, esta vez al sofá.

Un rato después, la comida estaba lista, Las tres se sentaron en el salón y comieron viendo la televisión, bueno, tan solo Jade y Leigh-Anne, ya que Perrie estaba con su teléfono enviando mensajes, ni si quiera dijo nada acerca de la comida.

Jade comenzó a reír en alto por culpa de la película que estaban pasando por la televisión, Leigh-Anne estaba sentada en el sillón que había junto el sofá, y Jade estaba junto a Perrie. Jade dejó de reír cuando sintió la mirada de Perrie sobre su hombro.

– ¿Y ahora no puedo reírme? –Preguntó Jade.

– ¿Me estás preguntando a mí? –Jade asintió. – ¿Ahora yo no puedo mirarte? –Dijo dirigiendo su mirada a ella. –Porque voy a tener que mirarte mucho, ya que estamos viviendo juntas. –

Jade no dijo nada, y siguió comiendo. Después de un rato, Leigh y Jade estuvieron limpiando los platos, después vieron una película, una vez era de noche Leigh se preparó para salir.

–Voy a salir, volveré en unas horas. –Informó. – ¿Estarás a salvo Jade? –Preguntó mirando a Perrie antes que a Jade.

–Deja de ir a prostituirte hermanita. –Leigh la miró con una sonrisa sarcástica, y Leigh volvió a hablar.

– ¿O quieres venir? Iré a cenar con unos amigos. –

–No, me quedo aquí, el cambio de horario me tiene muerta. –Contestó Jade. –Hoy madrugué después de haberme acostado tarde, por culpa de tu hermana, que me robó el dinero. –

Leigh chasqueo sus labios. –Como no, todo es culpa de ella siempre. –Dijo. –Bueno, pues nos vemos luego, o mañana. –Se acercó para darle un beso en la mejilla a Jade, y golpear a Perrie en el brazo. – ¡Adiós! –

"Perfecto, ahora tengo que pasar la noche con doña soy perfecta, no hago nada, no me importa tu vida, me voy a fumar" Pensó Jade dirigiendo su mirada un segundo a Perrie, odiándola a cada segundo.

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Espero que les haya gustado, ahora comienza lo interesante.

¡Espero por sus votos y comentarios!

I'm in love with a dirty | Jerrie thirlwardsWhere stories live. Discover now