Querido sofá.

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Pov. Jade:

Desperté con un gran dolor en la cabeza, fue dificultoso abrir los ojos del todo, sentía mi cuerpo temblar y muy débil, estaba enfermando... fue mi culpa, salir tan decidida con aquellas temperaturas fue una locura, y quedarme quieta en la nieve, como si nada. Viré mi cuerpo como pude, sentí todo mi cuerpo partirse al hacerlo, gemí de dolor, vi a Perrie dormida, serena, las toallas y sabanas que nos cubrían estaban húmedas, por mi culpa, así que me obligué a levantarme y a tenderlas para que secaran cuanto antes, tapé a Perrie con unas nuevas,

Me di una ducha caliente, para despejarme, tomé una infusión para el dolor de garganta y uno de los medicamentos que tenía Perrie para la cabeza, cuando estaba lista, me fijé en el reloj... tan solo eran las nueve de la mañana, anoche nos quedamos despiertas hasta muy tarde, así que no había dormido mucho, una de las razones por las cuales posiblemente me sentía tan sumamente cansada, mover las piernas se estaba volviendo un gran esfuerzo, así que decidí meterme en la cama, y descansar los ojos...

No recuerdo cuanto tiempo pasó, solo sabía que el dolor que estaba provocando la tos en mi pecho me hizo despertar horas más tarde, mis ojos se mantuvieron cerrados, pesados y dolorosos, escuché pasos acercarse, no tuve fuerza para hablar o mover cualquier musculo, el lado de la cama se hundió y una mano se posó sobre mi frente.

–Estás ardiendo Jade... –, escuché a Perrie, pareció una queja, más que una lamentación –Tendré que prepararte algo caliente.

Sujeté su mano, que estaba justo al lado de la mía, y abrí los ojos lentamente, la luz del día estaba cegándome, pero no quise decir nada acerca de eso.

–Estás despierta... ¿Cómo te sientes? –, se acercó un poco.

–Sonará feo, pero como una mierda.

–Maldita sea, te prepararé algunos remedios caseros y caldo, te sentará bien –. Asentí, débil.

Perrie se levantó, y apareció unos segundos después con un paño mojado, lo colocó sobre mi frente y se marchó a cocinar aquel caldo, lo único que pude hacer fue dormir, descansar sin fin.

Al rato volví a despertar, decidí levantarme de la cama, cubrí mi cuerpo con un edredón y bajé con dificultad las escaleras, de vez en cuando sentía algún que otro mareo, el fuego de la chimenea calentaba todo el salón, simplemente me dejé caer en el sofá, cerrando mis ojos nuevamente, creo que Perrie estaba en la cocina, tampoco tuve fuerza como para fijarme en aquel detalle.

Pov. Perrie:

Sabía que Jade estaba en el sofá, pero aún no había terminado y sabía que en cuestión de minutos volvería a quedarse dormida, se había resfriado, y no me extrañaba, su cuerpo ayer estuvo a punto de congelarse por completo. Cuando la comida por fin estaba hecha, preparé la mesa que había frente al sofá, y dejé la de Jade guardada para que comiese cuando se despertase, lo dejé todo preparado en una bandeja para que no tuviese que hacer el esfuerzo de inclinarse a la mesa para comer, así que comí yo sola viendo la televisión, siendo paciente a la hora de esperar a que despertara, tardó un poco, pero acabó despertando.

–Tengo frio... mucho frio –, tiritó, acurrucándose más al edredón que cubría su pequeño cuerpo.

–Te traeré más sabanas, ¿tienes apetito? –, la miré, le costó bastante virar su cuerpo para mirarme también, simplemente asintió, así que fui a por su comida y varias sabanas más.

Haberme despertado sola, fue extraño, pero al escucharla toser y verla en su cama, tan débil, me hizo comprenderlo enseguida, no podía esperar que no enfermase después de lo que pasó ayer.

I'm in love with a dirty | Jerrie thirlwardsWhere stories live. Discover now