Capítulo 14

1.1K 74 0
                                    

Me las arreglé para empujarlos y así poder tomar una gran bocanada de aire. Miranda fue a buscar un juego al cuarto de su hermano y, en cuanto volvió, nos pasamos lo que quedaba de la tarde jugando. Cuando finalmente logré convenceros de que ya se había vuelto aburrido y de que quería comer algo, aceptaron ir a cenar.

-Apuesto a que sólo insististe en dejarlo porque ibas perdiendo – se quejó, abriendo la puerta de su cuarto.

-Si iba perdiendo era gracias al señorito que no dejaba de hacer trampa.

-¿Yo? ¿Trampa? – preguntó Tony con su voz de inocente.

-Sí, tú – me limité a contestar, cortante. Andes de que me diera cuenta, Tony me tomó y me subió a su hombro, dejándome colgando justo como un animal muerto.

-Eres mala perdedora, que es distinto – mencionó mientras me llevaba hacia el comedor, seguido por Miranda. Una vez allí, y después de que se lo pidiera 10 veces y que me retorciera para dejarme bajar, me soltó en el sofá, para luego sentarse sobre mí. Miranda se unió a él y nos pusimos a conversar mientras esperábamos la cena, ambos aún sentados sobre mí.

Hacía mucho tiempo que no me sentía así, feliz. El celular de Miru sonó y supuse que había llegado un mensaje pues se lo quedó viendo largo rato.

-Bien, el sábado en la tarde iremos a comer a la casa de Lucas – comentó, guardando el teléfono. Una gran sonrisa invadía su rostro. Después de pasar otra media hora hablando, obviamente de las perfecciones de Lucas, Miranda finalmente guardó silencio por unos segundos y fijó su mirada en mí, luego en Tony, y luego en mí nuevamente. – Aún hay algo de lo que debemos hablar – comenzó a decir. Yo ya me venía venir esta situación, pero tenía la esperanza de que no sucediera. – Los dejo solos dos días y cuando los encuentro ya andan besándose por ahí, sin que yo me entere. Alguno de los dos explíqueme cómo pasó antes de que los obligue por la fuer…

-¡Miru! ¡Ya está la cena! – Tony y yo reparamos aliviados, salvados gracias al grito de Verónica.

Luego de la cena, hicimos lo imposible para poder irnos a dormir perdiendo toda ocasión de hablar del tema. Sabíamos que Miranda lo había sólo para molestarnos, pero de todas formas sería una situación incómoda pues ni siquiera nosotros sabíamos bien qué sucedía entre nosotros.

La semana se me pasó muy rápido, estábamos en época de exámenes y los días eran más cortos. Tony me ayudó a preparar las materias así que tuve la oportunidad de subir mis notas y evitar discusiones con mi padre.

El sábado fuimos a comer con Lucas, quien nos había invitado el fin de semana anterior. Miranda estaba extremadamente emocionada y mientras ambas nos preparábamos en su casa, pegaba saltitos de emoción.

Tony iría un poco tarde, por lo que cuando llegamos decidimos esperarlo para comer. Nos quedamos hablando un rato. Él y Miru parecían llevarse muy bien y a juzgar por lo que decían, tenían mucho en común. Me limité a quedarse callada y sonreír para no interrumpir.

Cuando por fin llegó Tony, la tarde se puso más divertida pues ahora al menos tenía con quien compartir el silencio. A cada rato nos mirábamos y sonreíamos y luego volvíamos a desviar la mirada. Increíble que a pesar de todo, ambos siguiéramos siendo tan tímidos.

La tarde fue muy divertida, una vez que logramos hacer que dejaran de hablar y nos incluyeran. Pero ya comenzaba a hacerse tarde y debíamos volver a nuestras respectivas casas.

-Yo las acompaño – se ofreció Tony.

-Nuestras casas quedan en sitios opuestos, puedo regresar sola, gracias Tony – respondí, acercándome y abrazándolo. Me dio un beso rápido y, luego de despedirse de Lucas, rodeó a Miranda por los hombros y ambos comenzaron a caminar.

-Si quieres puedo acompañarte yo – mencionó Lucas mientras los veíamos alejarse. Acepté después de que insistiera, era más divertido caminar acompañada.

Hablamos sobre música la mayor parte del camino y descubrí que compartía muchos gustos con él. Pasar un tiempo con Lucas me ayudó a entender por qué a mi amiga le gustaba tanto: era un chico agradable, risueño y te hacía sentir cómoda con sus palabras. 

Permanently yoursWhere stories live. Discover now