Capítulo 35

823 73 2
                                    

Me llevó hasta un café en su auto. Ambos habíamos cenado así que nos limitamos a tomar un pequeño café antes de ir hacia su casa. Hablamos poco, a veces podía llegar a ser muy callado (había muchas otras en las que cerrarle la boca resultaba imposible). De todas formas no me importaba, era tarde y me conformaba con su presencia.

-Mañana iré a visitar a papá, él quiere que vengas conmigo - comenté mientras daba el último sorbo a mi cappuccino. Despegó sus ojos de la taza y los posó en mí. Me sonrió, cómo amaba esa sonrisa.

-Hace mucho que no vamos para allá, me encantará verlo de nuevo.

-¿Sabes? Me despidieron esta mañana - un poco de preocupación se vio reflejada en su rostro. Sonreí para tranquilizarlo. - Nati y Alex están buscándome otro, relájate.

-Unos amigos tienen uno disponible, nada que ver con lo que te gusta pero si no hay opción.

Suspiré cansada. Agradecí la oferta, a pesar de que sería mi última opción. Volvimos al auto y nos dirigimos hacia su casa. No hablamos durante el camino, nos la pasamos cantando canciones que salían en la radio. Difícil decir quién cantaba peor. Llegamos y al prender las luces, vi el reconocible recibidor que conducía al comedor. Era una casa grande, dentro de todo. Dejé mi boldo sobre la mesa y fui hacia su habitación. Me puse una remera suya y me metí en la cama. Nada más cómodo que meterse en una cama amplia y fría.

Esperé hasta que escuché el ruido de la puerta, después sentí como, con ternura, me empujaba hacia un lado de la cama.

-Te gusta acostarte en el centro, ¿eh? - rio levemente mientras se acomodaba para abrazarme. Besó mi mejilla y nos quedamos en silencio unos minutos.

-Te extrañaba - susurré. Sentí como me apretaba más contra él.

-Nos vimos hace dos días, mi amor - replicó con una sonrisa en su rostro.

-Ah bueno pues, ¿es que acaso no puedo extrañarte? - refunfuñé. Me levanté de la cama, fingiendo enojo.

-Vamos, sabes que no me refería a eso - estiró su brazo hasta que pudo tomar mi mano y tirar de mí, hasta que cayera en la cama. - Yo también te extrañé.

Sonreí complacida, me acurruqué contra él y lentamente fui cayendo dormida, con su fuerte perfume penetrando por mi nariz.

Al día siguiente, me levanté con su radiante sonrisa frente a mí. "buen día princesa" dijo. A veces Aaron se ponía muy meloso, aunque a veces era tierno. Desayunamos juntos y tomé algunas cosas para que luego ambos partiéramos para la que había sido mi casa durante la mayor parte de mi vida.

Largo viaje, muchos autos y demasiada gente. Odiaba salir los sábados, la mayoría de la gente salía ese día y yo prefería quedarme en casa viendo tele, abrazada a Aaron. O jugando a las cartas con Miranda y ganándole siempre. Afortunadamente, antes de que me diera cuenta, ya habíamos llegado.

Papá salió a la puerta y corrió a abrazarme, lo imité. Hacía tanto que no lo veía. Empezó a contarme cosas de casi toda la gente que conocíamos.

-Papá, papá, ¿por qué no mejor entramos y charlamos adentro? - sugerí, viendo que difícilmente cerraría la boca.

-De acuerda, ___ - Aaron cerró la puerta del auto y se acercó a nosotros. - ¡Aaron! ¿Cómo estás?

Demonios. Tomé la mano de Aaron y me interpuse ante ambos. Papá emocionado no dejaba de hablar ni por un segundo. - ¿Por qué no seguimos con la genial idea de entrar?

La mirada que recibí de su parte no tuvo precio. Sonreí satisfecha al verlos entrar. Nos sentamos en la vieja mesa del comedor, donde tantas tardes había pasado con mi mejor amiga, y comimos todos juntos.

-Oh, por cierto, ¿recuerdas que te dije que debía darte algo de parte de Olivia y Mike? Decidí que sería mejor si ellos te lo dieran.

-¿Qué? ¡Pero si no sé cuándo pueda verlos! - alguien me tapó los ojos y comprendí todo.

-¿Qué tal ahora? - susurró. Su barba corta me hacía cosquillas en la oreja. Volteé para verlos, hacía meses que no los veía. El tatuado y la flaquita nos miraban sonrientes. Los abracé tan fuerte que por un momento yo misma me quedé sin aire. - Bueno, ___, nos dejarás sin aire.

-Los extrañé tanto.... Pero ¿qué tienen que contarme?

-Extrañaba tu curiosidad. Bueno, en fin, la noticia es bastante importante y por eso decidimos venir en persona a...

-Bueno ya, suficiente suspenso - yo no era conocida por ser de las personas más pacientes. Todos rieron ante mis quejas pero finalmente continuaron.

-Mike y yo nos vamos a casar - mis ojos se abrieron como platos y no pude evitar sonreír tanto que mis pómulos empezaron a doler. Me tiré sobre mis amigos, demasiado feliz por la noticia como para hablar. - Vamos, tranquila, ___. Están todos invitados y falta poco, así que vayan buscando qué ponerse.

Pasamos casi todo el día en casa de mi padre, con dos de mis viejos amigos. Habría boda en un par de semanas y yo aún debía encontrar un empleo. Demasiadas cosas pasando demasiado rápido.

-Wow, una boda. ¿Qué piensas? - preguntó Aaron, ya camino de regreso a mi casa.

-Es increíble, no puedo creer que Oli vaya a estar casada con Mike, no parece real.

-Tienes razón, ellos se casarán dentro de poco, ¿quién sabe? Nosotros podríamos seguirles.

Me imaginé una vida como su esposa. Una oleada de desesperación me recorrió el cuerpo entero y como toda respuesta le dirigí una mirada aterrada que por suerte no pudo ver. No quería casarme con él, eso seguro. O al menos en ese preciso instante era lo que menos deseaba. ¿Estaría mal sentirse de ese modo?

Permanently yoursWhere stories live. Discover now