Capítulo 61 - Final.

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Intenté reprimirla, pero una carcajada salió por mi garganta.

-Tony ya deja de intentarlo, deja de hacer esto. Yo no necesito nada, estoy bien y luego vienes con tus palabras y me confundes. Márchate, no me tengas lástima, sé feliz con Jean y coman perdices.

-Me iré si eres capaz de verme a los ojos y decirme que todo lo que escribiste en este cuaderno es mentira. – Su mirada era seria pero tranquila. Como si conociera la respuesta. Tuve que fijar los ojos en la alfombra de mi cuarto para no verme tentada de mirarlo. Lo odiaba a él y a su extraña capacidad de leerme los pensamientos. – No puedes. Aún sientes algo por mí, ¿entonces por qué intentas alejarme?

-Porque siempre que te acercas terminas alejándote por tu cuenta. Si yo soy la que te mantiene lejos, no duele tanto.

-No volverá a pasar ___ - exclamó, con un tono tan sincero que en parte me dolía dudar de él. – Dos veces te dejé, pero dos veces volví a buscarte. Si me fui, fue porque creí que no sentías nada por mí, al igual que como haces tú, fue mi forma de… protegerme. Pero ahora estoy seguro. No volveré a irme, no sin ti, al menos.

-¿Y Jean? – murmuré, aun intentando que nada de esto me importara, aunque sin éxito.

-No la amo y nunca amaré a nadie más – un brillo de esperanza comenzó a iluminar mi interior.

-¿Cómo estás tan seguro? – sonrió complacido y, sin que me diera cuenta, tomó mi mano y la estrujó.

-Porque no quiero amar a nadie que no seas tú – aquel brillito fue convirtiéndose en algo más potente, como una luz, y casi se me escapa una lágrima.

-¿Me… me amas? – casi tuve miedo de preguntar. Recordé la primera vez que le había dicho que lo amaba, demasiado tarde para evitar que otra mujer lo reclamara.

-Te amo. – Su voz fue potente y sincera, por un momento pensé que lo había imaginado. Me imaginaba su respuesta más así como un murmullo, no un tono firme y convencido. Sentí algo así como un relámpago agitándome mi estómago, como reanimando las mariposas muertas que antes habían bailado emocionadas cada vez que Tony estaba cerca. – No podría decirle eso a nadie que no fueras tú.

La sonrisa de Tony estaba resaltada por la luz solar que entraba por mi ventana. Una luz fresca, limpia y clara que lo abarcaba todo. Poco a poco, por entre las nubes negras que habían tapado mi alma y ocultado la caja con mis sentimientos por Tony, se disiparon. Un tenue rayito de sol fue inundando todo hasta que en mi interior ya no había nubes tristes, ni sombras negras. Me permití abrir esa caja, ya había intentado mantenerla cerrada demasiado tiempo.

Salté sobre Tony, derribándolo del banco y probablemente rompiéndole las costillas, pero todas esas cosas ocultas tenían que celebrar su repentina libertad.

Lo abracé tan fuerte que debí romperle las costillas que le quedaban. Puse mi nariz sobre la suya y, recordando tantas otras veces, la moví despacito, causándome sensaciones familiares. Sus brazos me rodearon mientras una nueva sonrisa aparecía en su rostro. Sentí como si estuviera volviendo a mi hogar. Antes de pensarlo siquiera, uní nuestros labios. Mi boca anhelaba la suya y no tenía la menor intención de hacerla esperar.

Tony se dio la vuelta, dejándome debajo de él y apoyando su cabeza en mi pecho. Vislumbré su expresión, tranquila, feliz. Había extrañado esto tanto como yo.

-___...

-Tony…

-Estuve pensándolo durante un tiempo y creo que voy a aceptar tu petición. Me quedaré contigo. – Sonreí y tuve que morder mi labio para no empezar a reír.

-Te tomaste tu tiempo, pero me alegro de que así sea. – Tomé su mano y la apreté fuerte. Había extrañado su contacto, su presencia, su aroma. Lo había extrañado a él y a todas esas sensaciones que me causaba. – Entonces, ¿ya no volverás a irte?

Sufrí esperando por la respuesta. Después de todo, el aún estaba casado con Jean y… Basta, me reprendí. Él soltó mi mano para poder levantarse y ayudarme a mí a hacer lo mismo. Me guio hacia el ventanal que estaba situado al fondo, de cara a este, por lo que los rayos de la mañana daban de pleno en mi habitación. Se sentó en un rincón y me invitó a que lo acompañara. Durante todo este proceso, no emitió sonido alguno, poniéndome más nerviosa.

Sentados allí, una cálida luz nos bañaba completamente, nada en comparación con el frío que traían las noches. Me rodeó con sus brazos y nos quedamos allí, mirando como poco a poco, el sol iba ascendiendo en el cielo, tapados de luz amarilla.

-Tony…

-___...

-No has respondido a mi pregunta.

-No, ___, ya no volveré a irme.

-¿Lo prometes? – Qué insistente podía ser a veces. Pero definitivamente, no lo dejaría irse jamás, no de nuevo. No pareció molestarse sino que, al contrario, sonrió.

-Lo prometo. Tampoco podría. – Le lancé una mirada intrigada, pero el sol impedía que mirara por mucho tiempo es su dirección. Así que, dubitativa, me recosté en su pecho, mientras me rodeaba con su brazo.

-¿Por qué?

-Porque no todas las personas se van, no todos los sentimientos cambian y no pienso romper con la racha y dejar que rompas tu promesa. – Sonreí al recordar sus palabras de más temprano; cómo cambian las cosas. Pero no sabía de qué promesa me hablaba. Distinguí una sonrisa en su rostro y entonces con un tono orgulloso, como si hubiera ganado un premio, respondió a mi pregunta mental: - Eres mía, permanentemente mía, ¿recuerdas?

Me pegué más hacia él, aprovechando tanto el calor del sol como el de su cuerpo. Una bonita sensación recorrió mi cuerpo y cerré los ojos para disfrutarla. Asentí levemente.

-Permanentemente tuya… me gusta como suena.

Es el final y no me lo creo, es el primer fic que termino y estoy adfghjklñ. Gracias por leerme, perdón si el final es caca pero es que no soy buena con los finales. Pero en fin, gracias por leerme y llegar hasta acá, si logré terminarlo fue gracias a ustedes. Espero les haya gustado y nada, gracias(? c:

Permanently yoursTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang