Capítulo 52

714 64 1
                                    

-___ - me llamó Miru, una vez que estuvimos en el avión, ya de regreso a casa. - Me dijo Oli que verías a Tony antes de viajar, ¿cómo salió todo?

Por primera vez en tantos días me acordé de él y de su boda y de todo lo que había pasado. Un intenso color rojo se posó en mis mejillas y tuve que taparme el rostro con mis manos. Había olvidado que su boda sería el día siguiente a nuestro regreso. Demonios.

Se me había escapado de la mente el hecho de que tenía que hablar con alguien. Bien pues, en ese momento tenía a alguien a mi lado, quien hablaba de cosas a las que no estaba prestando atención. ¿Debía contarle lo que había pasado? Le lancé una mirada de lado y volví a sonrojarme. ¿Por qué era tan difícil?

-… porque cuando la boda… oye, ¿estás escuchándome? Estás toda colorada, ya dime en qué estás pensando.

Comencé a reír, ganándome algunas miradas de los pasajeros sentados cerca de nosotras. Me tomó del hombro y me sacudió, forzándome a parar. Intenté ponerme seria y como pude, a pesar de que mis mejillas quemaran y que la vergüenza me carcomiera por dentro, le conté todo.

Al terminar, sus ojos estaban abiertos de par en par y, lentamente, una sonrisa se fue formando en sus labios. Tuvo que reprimir un gritito que yo sabía que ella sería capaz de lanzar, de no ser porque estábamos en un avión. Se las arregló para abrazarme en esos incómodos asientos y me apretó contra ella.

-¿Por qué demonios no me dijiste esto hace 15 días? Podría haberte convencido de volver con Tony y arreglar todo este asunto de una maldita vez.

-Necesitaba alejarme de todo, Miru. Además, ¿quién soy yo para arruinar la vida de Tony y Jean? No puedo caer de un día para el otro, justo cuando están por casarse, con un “hola Tony, estoy enamorada de ti” – repliqué, intentando hacerla entrar en razón. Rodeó los ojos y tomó mi mano.

-¿Quién eres tú? Eres la mujer más hermosa que conocí. Tú eres quien Tony amó desde un principio y esa noche te demostró que aún lo hace, ¡no puedes desperdiciar eso! - Odio que haga eso. Yo intento ser razonable y entonces viene ella, con las palabras indicadas, y me hace tragar todo lo que pensaba que estaba bien. La odio. Me acercó a ella y apoyó mi cabeza en su hombro. – En cuanto lleguemos irás a hablar con él.

Pero, para complicar un poco más las cosas, no podría hablar con él hasta el mismísimo día de la boda. Decidí comentarle esto a la emocionada amiga que tenía sentada a mi lado.

-¿Qué? ¿Por qué? – su expresión de horror me hizo reír, mucho. Un golpe de su parte sirvió para tranquilizarme.

-Despedida de solteros.

Para su decepción, fuimos a su casa (no sin antes pasar por la de Aaron para buscar mis cosas) y empezamos a hablar de lo que nos pondríamos la noche siguiente. Salimos a comprar un vestido para mí que, como siempre, dejaba todo para último momento. Miranda se concentró en eso pero yo tenía miedo. Miedo por lo que pasaría el día siguiente.

En fin, cuando logramos encontrar un lindo vestido, volvimos a su casa y me dejó quedarme allí. Supuse que en unos días me mudaría con papá nuevamente, aunque eso complicara todo. O tal vez podría quedarme con Vic, ya vería qué hacer. 

Abrir los ojos al otro día y darse cuenta que estaba por perder a la persona que más quería en el mundo no era la mejor forma de amanecer. Lentamente me vestí y salí a caminar.

(esto originalmente era todo un capítulo que dividí en dos para que no fuera tan largo y blablabá) 

Permanently yoursWhere stories live. Discover now