Capítulo 18

1.1K 81 4
                                    

Las semanas siguieron pasando y las cosas sólo se pusieron mejor. En el aire se sentía el aroma a verano y prácticamente podía palparse la ansiedad de todos por que llegaran las vacaciones. Había sido un año difícil, lo digo por experiencia propia, y saber que ya faltaba poco para que terminara me emocionaba.

Tony y yo usábamos de excusa los exámenes para juntarnos todos los días después del colegio. Algunas veces estudiábamos… pero la mayoría preferíamos ir a pasear o simplemente juntarnos para hablar o ver una película.

Habían pasado algo así como siete meses desde que nos conocíamos, casi desde el comienzo de clases. Era increíble lo mucho que nos habíamos acercado en tan poco tiempo. Confiaba en él tanto como en mi mejor amiga y pasábamos más tiempo, juntos que en nuestras propias casas. Y realmente me sentí a gusto con él, era el amigo que nunca había tenido.

A pesar de eso, nunca hablamos sobre lo que sentíamos o, al menos, sobre lo que yo sentía. Miranda insistía en que éramos perfectos el uno para el otro y afirmaba que, tarde o temprano, terminaríamos juntos. Aunque la ignorara, una parte de mí deseaba creerlo.

-Miru, ya te pedí que dejaras de insistir.

-Pero es que no entiendo cómo pueden ser tan idiotas, ambos. Algún día van a terminar juntos, puedo asegurártelo.

-Creo que ya es la… decimoctava vez que te escucho decir eso, ya entendí tu punto – estaba por protestar, pero Tony la interrumpió.

-¡___! ¿Recuerdas que me pediste conocer a mis amigos? Bueno, el miércoles vendrán a casa y me preguntaba si querían venir. Ellos también tienen ganas de conocerlas – parecía muy emocionado con la idea.

-Pues claro que iremos – me limité a responder. Por fin conocería a aquellos muchachos que Tony tanto mencionaba. Ambas sabíamos lo bien que ellos le hacían. Tenían algo así como una banda, nada oficial, pero la música también era un gran calmante para Tony. Nunca quiso invitarnos a ninguno de sus ensayos pero ya estábamos trabajando en eso.

Gracias a Tony, había levantado mucho mis notas y por eso papá no se molestaba en que saliera con él tan seguido. Supongo que en parte también se había acostumbrado a la constante presencia de Tony en nuestra casa. Incluso sabía de su banda, pues cuando lo invitaba, mi padre y él se pasaban largo rato hablando de instrumentos, si no me equivoco papá había tenido una banda en la secundaria y por eso lo comprendía bastante.

Cuando llegó el miércoles estaba demasiado ansiosa. Tony me había contado infinidad de historias sobre ellos y moría de ganas de verlos en persona. Al llegar a su casa, su madre nos avisó que estaban en el patio, habían llegado un poco temprano.

Nos dirigimos a su amplio patio trasero y nos encontramos con tres chicos sentados en las sillas de jardín, riendo a todo pulmón. Nos vieron entrar e instantáneamente pararon.

-¡Tony! – gritó uno de ellos, los otros dos vinieron corriendo y se tiraron sobre él mientras el primero venía caminando. Comenzaron a darse golpes y reír haciendo dejándonos a Miranda y a mí un poco sorprendidas.

-Oigan, chicos, están asustando a las chicas – mencionó el que se había acercado último. Nos miró y nos dedicó una bella sonrisa. Me señaló por un instante, como intentando decidir qué iba a decir. – Tú eres ___, y tu Miru, ¿Cierto? – volvió a sonreír al ver que asentíamos. – Me llamo Mike.

-Entonces supongo que esos dos son Vic y Jaime, ¿me equivoco?

-¿Le contaste de nosotros, pequeña tortuga? – dijo (prácticamente gritando) uno de ellos después de incorporarse. Tenía el pelo parado y un mechón decolorado en medio.

-Sí, Jaime, nos contó todo de ustedes – respondí, lanzando una mirada a la escena que Vic y Tony estaban montando. - ¿Por qué parece que Vic se lo quiere violar? – inquirí mientras los señalaba. Miranda estaba encantada, no dejaba de sonreír y mirar a todos, sus ojos iban de uno al otro.

-Es la forma que tengo de demostrarle cariño – se excusó Vic al levantarse. Se acomodó la remera para luego estirar su mano hacia mí. Tendí la mía y, al tomar la suya, me atrajo hacia él, encerrándome en un abrazo. – Tony nos habló mucho de ti también. Es un placer conocerte.

-Conocerlas – lo corrigió Jaime, mientras se acercaba para abrazar a Miru. Nos recibieron mucho más cálidamente de lo que esperaba. Al hablar con ellos, sentí que ya los conocía, cosa que técnicamente era cierta. En varias ocasiones me sorprendieron tirando datos de mí o de Miranda que no habían sido mencionados. Tony se defendía con su cara de inocente siempre que le echaba una mirada. Pero, en realidad, no podía molestarme por más que quisieras. Primero que nada, me sentía importante al saber que les había contado todas esas cosas nuestras a sus amigos más cercanos. Y segundo, esos chicos eran las personas más agradables que tuve suerte de conocer en mucho tiempo, era extraño, pero no me sentí extraña junto a ellos, me sentí en casa. Dentro de todo, éramos parecidos.

Permanently yoursWhere stories live. Discover now