5- Tarjeta de visita.

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- ¿Pero ha entrado al trapo? –le preguntó incrédula la Mari al teléfono-.

- ¿Tú qué crees? –se rió Alba-. Tú y Vicky me debéis un pedazo de cena de las que hacen historia, lo digo en serio, y esta vez elegiré a lo grande.

- ¡Eres una guarraaaaaaaaa! ¿cómo lo consigues?

Maria no daba crédito a lo que le decía su amiga. Después del trabajo de Vicky habían decidido ir al bar de una antigua amiga, entre pitos y flautas, la loca de la Mari había retado a su amiga a hacerse pasar por una de las prostitutas de la calle baja. Ella al principio no había entrado en el juego, pero Maria bajó los requisitos y simplemente la retó a ligarse a la primera que pasara, con la condición de que no podía utilizar ni su lenguaje fino ni sus armas de acompañante cotidianas, y que además debía de sacarle dinero. Aunque estaba cansada, aceptó con tal de darle un escarmiento, con tan buena o mala suerte, que entre risas había terminado casi siendo atropellada por la "buenorra de la moto" como la había bautizado recientemente Maria. Sin saber por qué, Alba vio en aquel encuentro una oportunidad y decidió que ella también podía divertirse.

- Seguro que has hecho trampas ¿Has sacado tus encantos? –le preguntó amenazadoramente-.

- No –se rió entre dientes la rubia, aquello al final había sido entretenido-.

- ¿Y te vas a quedar con ella toda la noche? –se extrañó Maria, pues aquella no era su forma de actuar-. Hay algo que no me has dicho, sino no te hubieras quedado con ella ni loca.

- Tienes razón, hay algo que no te he dicho –confesó-
- ¿El qué? –quiso saber la Mari intrigada-.

- Cumple las dos normas, es todo lo que puedo decirte de momento –concluyó ella-.

- ¡Diossss... las putas dos normas! ¡Esto es la leche! ¿La primera tía que pasa por la calle, resulta que es guapa, rica, bollera y encima cumple tus dos putas normassssss? –la madrileña puso los ojos en blanco, Alba había nacido con una estrella pegada al culo porque sino era inexplicable-. Te juro que me voy a meter a monjaaaa... porque contigo creo en los putos milagros.

- jajajajajja.... Ya te contaré cómo termina esto, voy a seguir esperándola. Un besito y buenas noches –se despidió de su amiga-.

- Buenas noches, y ten cuidadooooo –le dijo ella y luego colgaron el auricular-.

Alba trató de permanecer despierta el máximo tiempo posible viendo una película, pero la realidad era que aquel día se había levantado muy temprano, como siempre le sucedía en sus días libres, y no pasó mucho tiempo hasta que se quedó dormida con el mando en la mano.

Cuando Natalia llegó a la habitación, vio que la luz estaba apagada y escuchó la televisión de fondo. Al acercarse a la cama una sonrisa se dibujo sin querer en su rostro, ver a aquella mujer en albornoz plácidamente dormida y con el cabello enredado, era la guinda de luz que necesitaba su dia oscuro. Apagó el televisor y se puso de nuevo el pijama, agradeciendo enormemente que aquella criatura no se despertara cuando le quitó el albornoz y la metió en la cama. Aquello era todo lo que había necesitado, un cuerpo tibio junto al suyo sin la tensión que le producía el sexo. Sientiéndose nuevamente humana, se aferró a aquella piel cálida que abrazó como a una tabla salvavidas. El olor del cabello de la chica acariciando su nariz, la ayudó a conciliar sueños agradables.

......

Los primeros rayos de sol empezaron a colarse por la cortina. Los ojitos perezosos de Alba se quejaron por la intromisión del día y con acto reflejo estiró su cuerpo entre las sábanas. Pronto se dio cuenta de que no estaba sola, abrió los ojos y se vió desnuda y rodeada por unos brazos de mujer fuertes y gráciles. Volvió la cabeza para mirar, aquella guapa mujer permanecía a su espalda con la nariz pegada a su nuca mientras dormía. "Dios, eres un encanto. ¿Qué te habrán hecho para estar tan a la defensiva?", pensó para sí. Como si la hubiera escuchado, ronroneó de un modo muy gracioso y estrechó su abrazo. Ella tuvo que contenerse para no reír pues parecía una niña aferrándose a su osito, pero pronto su sonrisa inicial desapareció cuando notó como la mano de Natalia había encontrado por casualidad uno de sus pechos y jugaba con él distraídamente. "Mierda, mierda...mmm...oh, por favor...". Alba estaba a punto de poner los ojos en blanco, estaba dormida pero la acariciaba con deseo y precisión. La
morena volvió a ronronear, apretándose contra su espalda. Ella por su parte no sabía como zafarse de aquella preciosidad sin despertarla. Temía que si seguía deslizando sus manos más abajo iba a tener problemas para controlarse, pues aquella mujer la excitaba aunque no quisiera. Un gemido de Natalia en su oído cuando consigió alcanzar el calor de sus muslos, hicieron que ella misma también gimiera sin poder contenerse. Los ojos de la chica se abrieron como platos, cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo retiró sus manos con delicadeza.

Sex education. //Albalia.Where stories live. Discover now