33- Real como la vida misma

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Maria llegó al palco y miró a la chica que estaba junto a Natalia riendo.

- Hola, ¿tú quién eres? –le preguntó directamente, no tenía ganas de ser elocuente-.

Natalia la miró sentarse y coger el whisky, aquello no pintaba muy bien por la cara que traía.

- Es Nuria, una cliente de las bodegas. Nuria te presento a Maria, una amiga –las presentó y Nuria le tendió la mano-.
- Es un placer, por cierto bailas muy bien, te he visto ahí abajo con tu novia –le dijo Nuria distendida-.
- No es mi novia, es la de Natalia –le soltó la Mari pegándole otro trago al vaso, sin dar importancia a lo que acababa de decir-.

Nuria miró a la morena, pero ella no se inmutó, no solía entrar en aquellos derroteros, además en cierto modo era cierto. Ella estaba con Alba ahora, y hasta que no fuera capaz de salir de aquel pozo, no se veía preparada para estar con nadie que no fuera capaz de manejar la situación. No quería que volcaran en ella sentimientos ni estaba preparada para volcarlos en otra persona con igualdad.

- Ah, no lo sabía –dijo Nuria un poco desconcertada, y sonrió - ¡Es muy guapa!
- Sí, lo es –dijo Natalia devolviéndole la sonrisa-.
- Bueno, os dejo... que ya te he entretenido bastante. Dale recuerdos a tu padre, y dile que los vinos que nos recomendó están siendo un éxito –se despidió Nuria de ellas-.
- Se los daré, recuerdos a tu madre también, un placer volver a verte –le dijo ella y le dio dos besos poniéndose de pie.

Natalia vio a Nuria alejarse de la mesa, luego se sentó de nuevo junto a Maria que estaba liquidando el vaso recién estrenado.

- Por lo que veo, la noche no se presenta muy boyante para ti, ¿no? –le dijo con una sonrisa-. ¿Es por Vicky?

Maria levantó la vista del vaso, no podía ser que una desconocida se diera cuenta de aquello, mientras que ella había tardado años en percatarse de la posesión que ejercía sobre su amiga.

- Creo que acabo de darme cuenta de que soy una de esas amigas posesivas-celosas –dijo encogiéndose de hombros- ¡Soy lo peor!
- Bueno, no tiene por qué ser el fin del mundo tampoco –dictaminó Natalia-.

- Es que no me gusta que esté con la poli, no me fio –le dijo-
- Parece buena gente, pero en fin, tampoco es que la conozca demasiado –le dijo ella-.

- ¡No cuajarán! –determinó Maria con convicción-.
- ¿Cómo estás tan segura? –le preguntó tratando de distraerla-.
- Por qué la conozco. Vicky necesita a alguien que la haga reír, salir de sus comederos de cabeza... y no una persona disciplinada, educada, y políticamente correcta que acentúe aún más el sentido del deber que ya tiene de por sí –dijo entre suspiros mientras se recostaba en el asiento-.

Natalia esperó, sabía que estaba tratando de asimilar cosas que no se había planteado hasta ahora. Pasado unos segundo Maria la miró, y ella le respondió con una media sonrisa.

- Perdona que fuera borde con esa chica, no tenía ningún derecho a hacerlo –se disculpó por lo de Nuria-.
- No te preocupes, no creo que se ofendiera. Además, no dijiste nada malo –la tranquilizó-.
- Dije que Alba era tu novia –le recordó frunciendo el entrecejo-.
- jajajaj... en cierto modo lo es, estoy con ella y no me siento capaz de estar con nadie más en estos momentos –le fue sincera Natalia-.
- Pero eres libre para tener otro tipo de relaciones, ¿lo sabes, no? Quiero decir que aunque estéis en el "MES" –y con ello quiso señalar la relación laboral que aquellas dos mujeres mantenían-, puedes tener todo a la vez.

Ella se inquietó un poco con la idea, sabía que Maria también era acompañante de lujo como Alba, porque le habían puesto al día, pero no estaba preparada para volver a la realidad de boca de una "casi" desconocida.

Sex education. //Albalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora