56- Nexo de unión

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Cuando Alba bajó por fin de la habitación, se encontró que todo estaba más quieto de lo habitual. No escuchaba a Laura, tampoco a Natalia... y tras mirar por varias estancias, encontró a Bea limpiando la piscina.

- Buenos días –saludó mientras cruzada de brazos se acercaba a aquella mujer-.

- Ey. ¡Buenos días! ¿Cómo estás, te encuentras mejor? –le preguntó Bea con una sonrisa, mientras terminaba de pasar el rastreador de fondo-.

- ¿Mejor? –preguntó sin entenderla-.

- Sí, Natalia dijo que habías pasado mala noche, que parecía que te estuvieras resfriando por lo del chapuzón y eso que nos dieron –le aclaró Bea sin prestarle mucha atención-.

- Ah, sí, sí perdona... es que tengo la cabeza un poco atolondrada todavía, creo que sólo necesitaba descansar. Pero estoy bien, nada importante –dijo ella haciéndose cargo de que se había demorado bastante en bajar-.

Por un momento recordó como Natalia se había cambiado en el cuarto de baño, en silencio. En completo silencio, como ella misma había estado entre las sábanas hasta que la había escuchado decirle desde la puerta: "Tómate el tiempo que necesites... yo me encargaré de ellas", y el sonido nuevamente de una puerta cerrándose, sólo había servido para repetirse lo imbécil que era.

"¿Qué me pasa?" se preguntó, mientras la mirada se le perdía en el agua y esas ondas que el rastrillo que deslizaba Bea dejaba en la superficie.

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Mientras tanto Laura y Natalia aparcaban frente a la tienda de víveres del pueblo más cercano.

- Vamos a ver si Alberto me lo tiene todo preparado –dijo Laura colocándose las gafas de sol en forma de diadema y entrando en el supermercado seguida de cerca por la morena-.

- ¿Lo dejaste encargado? –le preguntó esta-.

- Sí, los llamé a primera hora con la lista, pero con tan poco tiempo de aviso, no sé si tendrán todo lo que necesitaba –le explicó y acto seguido dibujó una sonrisa ante la aparición de un hombre de pelo cano y unos sesenta y pico de años, que le abría los brazos-. Ey, este es el hombre al que quería ver. ¿Cómo va todo?

- Ohhhh que ganas tenía yo de verte.... ¡Y qué guapa estás!. Haz el favor de decirle a Bea que no está bien que os demoréis tanto en pasaros por aquí, que se os extraña –le dijo el hombre abrazándola con cariño-.

- Se lo diré, se lo diré... pero no es que ella no quiera que vengamos, es que hemos tenido mucho trabajo y la verdad es que esta vez ha sido culpa mía, que he estado viajando más de la cuenta –le explicaba Laura-.

- Ya veo... bueno lo importante es que ya estáis aquí, ¿hasta cuándo os quedáis? –le preguntó el hombre esperanzado-.

- La verdad es que no mucho, teníamos pensado en principio hasta el viernes y si nos era posible, estirar hasta el domingo, pero no es seguro –le dijo la mujer arrugando la nariz-.

- ¿Tan poco? ¿Cómo es eso? –quiso saber el hombre que en verdad parecía apenado por la escasez de tiempo-.

- Bueno, es que no hemos venido solas... Mira te voy a presentar –le dijo Laura, y Alberto reparó por primera vez en la mujer que a varios pasos había permanecido en silencio tras ella-. Alberto, esta es Natalia una compañera de trabajo, y también una reciente pero buena amiga.

La morena se la quedó mirando, no esperaba que Laura la considerara ya como una amistad, aquello le hizo dibujar una cálida sonrisa.

- Hola, un verdadero placer conocerle –saludó al hombre tendiéndole una mano-.

Sex education. //Albalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora