48- Olivia Newton John

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El timbre de la puerta sonó.

-      Maria... ¿puedes abrir? –le gritó Vicky desde la cocina-.
-      Sí, sí... ya abro yo –le contestó desde el salón-. ¿Quién?... ¡Ya era horaaaa!... ¡Anda subir!

Tras unos minutos ambas chicas aparecían en la puerta del piso. Maria las aguardaba con los brazos cruzados.

-      Joder, si que se os han pegado las sábanas sí... ¿qué pasa? ¿estabais agotadas o aprovechasteis el despertar? –les dijo insinuante-.
-      Anda calla canalla... que se cree el ladrón que todos son de su condición –le dijo Alba con una sonrisa mientras pasaba por su lado hacia el interior del piso-.
-      Lo siento Maria, ha sido culpa mía, tuve cena de trabajo hasta las tantas y hoy no me podía levantar –cargó con la culpa Natalia mientras al pasar le daba dos besos-.
-      Mmm... a ti preciosa, se te perdona todo –le dijo la rubia dándole un repaso por detrás-. ¿Verdad Reche? –la chinchó-.
-      ¡Como la sigas mirando te corres... tú misma! –le espetó esta sin girarse a mirarla, pues iba en busca de Vicky-.

Natalia se ruborizó en milésimas de segundo por las insinuaciones de ambas mujeres sobre su persona, pero no se atrevió a decir nada, Maria la alcanzó y se cogió de su brazo mientras las dos seguían a la chica.

-      El estrés la pone ordinaria, no te preocupes... -le susurró con complicidad-.
-      ¡Te he oído! –le señaló Alba que ya entraba en la cocina-.
-      Bah.. –contestó-. Esta ladra pero no muerde... mmm... ¿o era al revés? –se quedó pensando la Mari-.

La morena se agitó de pronto, y la miró con los ojos como búho.

-      Jajaja... no pongas esa cara, si muerde, te gustará... lo prometo...jajaja –le dijo empujándola para que entrara a la cocina-. ¿Alba se puede saber qué es lo que le haces o no le haces a Natalia? ¡La pobre está acojonada!
-      ¿yoo... no'? -quería desmentir aquello, pero no le daba tiempo a hablar entre aquellas mujeres-.
-      ¿Eingg?? –se giró Alba ante la pregunta-. ¡La quieres dejar tranquila, Doña Salida! Lo que hagamos o dejemos de hacer no te incumbe.
-      Joderrr... ni que fueras a patentarlo –se quejó-. ¿Es que habéis descubierto un nuevo Kamasutra o qué? ... jajajaj...
-      ¿ajhhh...? ¿eh? –A Natalia solo le daba tiempo de mirar el partido de tenis entre aquellas dos mujeres-.
-      JA... JA... JA... Muy graciosa estás tú hoy, ¿no? –le espetó Alba dándole un par de golpes en el hombro-.
-      Y tú muy calentita... solo que no lo dices... ¡El stress Reche! ¡Qué se te ve el plumero... cuando pierdes el humor malo... ya no mojas! –apretó más la tuerca Maria, pues en el fondo tenía una misión que se había propuesto cumplir desde que se encontró a su amiga tan hecha polvo dos días antes-.
-      Ohhh...¡Serás japuta! –esta vez le pegó un tortazo en todo el culo, no sabía que mosca le había picado, pero se estaba yendo de la lengua demasiado-.
-      Auuuu.... –se frotó la nalga con la mano, aquello había picado-. ¡Joderrrrrrr Alba! ¡No me extraña que la tengas así! Natalia, será mejor que dejes a la brutita ésta y te vengas conmigo cariño, al menos yo azoto más suavemente –añadió dirigiendo una sonrisa coqueta y un guiño sensual a la chica-.
-      ¿Ehhh?? –A esta se le calló la mandíbula de cuajo-.
-      Auuuu... joderrr vale, me callo, me callo –gritó de nuevo, pues Alba esta vez le había arreado tal pellizco en el pandero que había dado hasta un salto-. ¡Por Dios... siempre me atizan en el mismo sitio, así no hay quien luzca tanga coño!
-      ¡Pues no seas tan bocazas! –le advirtió entrecerrando los ojos-.

Alba se acercó hasta la morena y la rodeó con los brazos.

-      A ésta ni caso, que la tiene mal no pillar... ¡eh gatita! –y diciéndole aquello le dejó un beso en la mejilla justo en el momento en que Vicky volvía a la cocina-.
-      ¡Eyyyyyyyyyyy! ¡Ya estamos todas! Y por lo que veo... al menos a un par de nosotras le marcha bien la cosa, porque lo que es a OTRAS... -y remarcó con retintín aquel "otras", mientras miraba con desdeño a Maria, y luego volvía a lucir una sonrisa para aquellas dos mujeres-. Fui a por el vino a la despensa, cuando sonó el portero me imaginé que ya estabais. ¿Cómo estás guapísima?

Alba soltó a Natalia y le dio un par de besos con un gran abrazo.

-      Bien, ¿y tú? –le preguntó-.
-      Buaaa... podría estar mejor, si la zorra ésta me diera bola, pero como no lo hace tengo un par de cartuchos en recámara y no me va mal del todo –le respondió Vicky-.
-      ¿Cómooo? –preguntó la Mari alucinando. Pues desde que se habían visto las cuatro mujeres juntas la última vez, la situación con su amiga había pasado desde el dar esquinazo a la recuperación de su estado amistoso, solo que Vicky ya no era la misma y ella cada vez era más consciente de ello-.
-      Buaaa... ahora se molesta en despertar –se quejó ignorándola-. ¡Hola Natalia! Me alegro de que te hayas animado a comer con nosotras, no es que estemos muy cuerdas pero... la comida es buena. ¿Te gusta la pasta no?
-      Sí, claro –le contestó con una sonrisa afable que respondía a la gemela en el rostro de la chica-.
-      Genial, porque he preparado lasaña para un regimiento –añadió-. La mesa ya está puesta, así que si queréis pasar al salón mientras yo me cambio rápido... no me gusta mucho comer oliendo a fogón –le aclaró arrugando la nariz-.
-      Entiendo ... jajajja... -dijo Natalia-.
-      ¿Llevamos el vino pues? –le preguntó Alba, cogiendo el par de botellas que acababa de traer de la despensa contigua-.
-      Sí, lleva esas dos y hay otra en la nevera –le dijo Vicky-.
-      ¡Joderrrrr! ¿Tres botellas? ¿es que quieres que nos emborrachemos? Mira que Alba no bebe, será mucho eso –dijo María-.
-      ¡Y habló la esponja! A ver si al menos emborrachándote te animas algo bonita, porque estás de un soso... -le espetó al pasar por su lado y salió a cambiarse dejandola con la mandíbula desencajada-.

Natalia y Alba se miraron, ninguna sabía que pasaba entre aquellas dos. Luego miraron a la otra chica cuando ésta se volvió hacia ellas con cara de asombro.

-      ¿Pero vosotras lo habéis visto? –preguntó con la boca abierta-. ¡Ésta, está de un suelto que espanta! Vale que primero salí por piernas acojonada, y le di esquinazo con el trabajo, pero es que desde que volvimos a quedar hace cinco o seis días, está de un raro que te cagas. Se pasa el día lanzándome indirectas o más bien directas y he de decir, que bastante calentitas; sale por las noches después del trabajo, no se me achanta cuando le gasto alguna broma lasciva, y ha dejado de ponerse roja ante mis embistes... coño es más, ahora me da miedo a mí embestirla, porque me quedo gilipollas con lo que me responde y así no mola –explicó brevemente la situación-. ¿Dónde coño está mi Vicky? ¿Esa que se ponía rojita y toda mona cuando me sobrepasaba? ¡Jodeerrrrrrrrrrrr!.... Yo no sé qué puto capítulo de Barrio Sésamo me he perdido, pero está claro que esta vez voy por detrás... Si mírala, si parece la Olivia Newton John en el final de la peli de "Grease" y yo el puto John Travolta con cara de descolocao, joder... ¿Alguien me podría explicar qué está pasando? ¡Porque es que yo la flipo!

Alba cogió de la mano a Natalia para dirigirse al salón y al pasar por delante de Maria la miró y le respondió bajando la voz para que Vicky no les escuchara.

-      Si no hubieras sido tan gilipollas de salir pitando a refugiarte entre todas las faldas que podías, te hubieras dado cuenta que lleva loca por ti desde hace años, y ahora lo que le pasa es que está hasta el coño de esperarte, así que o te espabilas, o la cagas... porque parece que se soltó por fin la melena, y es lo único que necesitaba para dejar acercarse a las demás como moscas –le resumió la situación-.

A su amiga se le volvió a descolgar la mandíbula...

-      ¿Qué a mi chica se la quieren pasar por la piedra y ella se quiere dejar??? –escogió el mensaje que le parecía más urgente en aquel momento- ¡Ahhhhh nooooo... eso sí que noo!

Y siguió a aquellas dos mujeres hacia el comedor, rumiando todo lo que estaba pasando nerviosa.

Por su parte Natalia también había captado el mensaje, y se sumió en sus pensamientos tratando de encontrar la forma de aplicarse aquella advertencia.

Nat: joder, pues yo tampoco quiero que a Albi la toque nadie más... ¿qué hago?
Conciencia: ¿Espabilarte, por ejemplo?... Y dejarte llevar un poquito más coño, que piensas más que el Nobel.
Nat: ya... ya lo sé. Pero es que me pone como un flan, y encima me calienta sobre manera... ¡joder, como me suelte puede arder Troya! O eso, o me desmayo... ¿Cómo lo hago?
Conciencia: mmmm.... ¿alcohol?
Nat: no, no creo que quisiera hacerlo conmigo si estoy bebida, ya viste como se puso con la Rubia... ¡Me cagué!... así que paso.
Conciencia: mmmm... ¿y contra atacar?
Nat: ¿Qué quieres decir? –alzó los ojos con esperanza-.
Conciencia: Bueno, está claro que algo le gustas y que se pone nerviosita cuando te ve desnuda... así que, ¿qué tal si jugamos a ponerla nerviosa a ella, en lugar de que ella siempre te ponga nerviosa a ti? Quizá si la ves a ella más flan que tú, puedas animarte a dar más pasos ¿no? A fin de cuentas, acuérdate de aquel día de la ducha... le hiciste el amor, y pudiste terminar con ella aunque no te tocara, estabas más segura de ti que cuando la ves muy entera.
Nat: ¡Ostiaaaaaaaaaaaaaa.... No está mal! ¡Puede que funcione! –se le iluminó la cara con la idea- ¡Pero a ver ahora como me las apaño porque embestir, como dice Mari, a Alba tiene miga... y puedo salir yo más corneá, que un chiquillo haciendo novatillas!

Y con aquel pensamiento se unió a la mesa, mientras veía como Maria y Alba hablaban, aunque no las oyera.

Sex education. //Albalia.Where stories live. Discover now