20- Enfermera.

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A petición popular, nuevo capi de domingo ;)

Vicky miraba aquel partido de pin pon sin querer decir nada, pocas veces las había visto así porque Alba nunca se enfadaba con nadie, y Maria jamás se ponía seria por nada.

- ¡Jodeerrrrr Mari! –Alba se desesperó-.

- ¡Ahhh... lo vessss! ¡Te estás pillando! –le espetó esta-.

- No es eso, pero sí creo que me estoy empezando a obsesionar con el tema. ¡Dioss... sabes que no soy de quedarme a medias! Estoy segura de que cuando me la tire todo volverá a la normalidad, volveré a tomar el control y se me pasará esta calentura que tengo con ella -habló sin pensar, en realidad estaba preocupada por el arrebato de celos que había tenido al teléfono, pero más le preocupaba el ser consciente de que le dolía haberle hecho daño y haberla enfadado-.

Aquello era tan confuso, tenía que ser eso, tenía que ser ese deseo inacabado sexual que sentía hacia ella lo que estaba trastocando su razón. Ella era una mujer de acción, era quien dominaba las relaciones, y aquella dulzura quinceañera que estaba impregnando la relación entre la cliente y ella, era lo que sin duda tenía la culpa de todo.

- ¡Espera! –Vicky votó del asiento-. ¿Estáis hablando de Natalia Lacunza? ¿el bellezón de la moto del juego que tuvimos?

- Ajá... -le dijo María-.

- ¿Te estás llevando a la Lacunza? –volvió a preguntar, pero esta vez buscando una respuesta De Alba, que sin querer sonrió ante la cara de alucinada de su amiga-.

- Si, está conmigo... pero de momento, me lleva ella a mí –le contestó un poco más tranquila después de haber manifestado su pensamiento en voz alta-.

- ¡Hostiaaaaaaaaa... hostiaaaaaaaaa... hostiaaaaaaaaaa!... ¡Y SE PUEDE SABER PORQUE COÑOOOO YO NO ME ENTERO DE NADAAAAAA! –estaba eufórica, sin duda Natalia tenía muchas admiradoras, y entre ellas su amiga parecía la número uno-. ¡Joder... es una Diosa!

- ¿Diosaaa? ¡Oyeeee niñaaaaa un poco de respeto a las que estamos en este mundoooo! –se quejó Maria pues nunca había visto reaccionar a su amiga así, y la verdad es que un poco le molestaba-.

- ¡Ohhh cállateeee!... ¡Me lo tienes que contar Alba!... no, no lo del trabajo y eso, que sé que es confidencial,... pero ¿cómo es de cerca?... ¡Dios es un trenazo.. a que sí.... A que sí!... –la alegría de Vicky era contagiosa, y por primera vez en la noche la rubia empezó a sonreír de manera desorbitada, pues el recuerdo de Natalia la reconfortaba aunque no quisiera-.

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Cerca de las doce de la noche Marta se despidió de ella. La tarde había sido larga e intensa, habían reído, llorado, y  se había acordado de toda la familia de Virginia más de un par de veces. Nat estaba agradecida, la había tranquilizado todo lo que había podido, y aunque aún guardaba para sí algunas de las razones de su comportamiento, notaba que su carga era menos pesada por tener otro hombro con el que compartir el peso. Cuando se marchó, el silencio de la casa le recordó que volvía a estar sola y que deseaba ver a Alba con todas sus fuerzas. Para no pensar en ello, enfiló hacia la ducha... sería mejor relajarse un poco antes de tratar de conciliar el sueño.

El descapotable De Alba siguió las instrucciones que el GPS le marcaba, tras hablar de la morena con sus amigas, unas ganas irremediables de verla se habían apoderado de ella. Por supuesto a Maria no le había dicho ni una palabra cuando le reprochó que no fuera con ellas a bailar, se disculpó diciéndole que estaba cansada por la semana, y que la llamaría por la mañana. Cuando estuvo frente al edificio su corazón volvió a recordarle que habitaba en su pecho dando pequeños saltitos de emoción. Aparcó y cogió su móvil, la tecla directa con el número de la chica empezó a hacer su función, tras más de siete tonos colgó.

Sex education. //Albalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora