44- Calabobos.

18.2K 875 477
                                    

Natalia:

Llegó al apartamento. El silencio y la perspectiva de vacío que le trasmitió, la hizo cambiarse rápidamente con ropa de noche y salir casco en mano por la puerta. Tenía que afrontar muchas cosas, y estar a solas consigo misma no era lo que más le apetecía. Condujo durante horas, sin saber a dónde iba, sin pensar en nada más que en la conducción y la potencia de su moto entre las piernas. Cuando notó que los muslos le empezaban a temblar y la espalda le recordaba la tensión de toda la semana, se detuvo. Inconscientemente se encontró cerca del Dulcinea, un temor profundo se apoderó de ella: "¿y sí está ahí con ALGUNA?", la sangre empezó a arderle, su razón le decía que aquello no era asunto suyo, que no fuera... su corazón dio un golpe de acelerador y cruzó la distancia que le quedaba. Ancló la moto y saludó a la mujer que custodiaba la puerta, sin saber lo que estaba haciendo le preguntó por Alba, la mujer le contestó que no había aparecido por allí... aun así, entró. Era temprano, quizá fuera más tarde, y si no lo hacía al menos en aquel sitio el ruido le impediría comerse la cabeza.

Alba:

Tras el baño se puso el pijama y trató de distraerse con el televisor. Nada la apartaba de los pensamientos que le surgían. Sólo una vez había sentido su vida tan desequilibrada, y la reacción que había llevado consigo había sido tan brutal que si no hubiera sido por Noemí, la mejor amiga de su madre y su mentora, jamás hubiera salido de aquel pozo de autodestrucción. Ahora tenía 12 años más, otro tipo de bagaje, pero seguía siendo la misma persona en cierto modo. No sabía que nombre poner a lo que le sucedía, pero si aquello era estar enamorándose de Natalia, tenía un grave problema, porque la vida volvería a darle un mazazo de un modo u otro.

El timbre de su puerta sonó, estuvo tentada de hacer como que no estaba en casa, pero pronto escuchó a Maria golpear enérgicamente al otro lado de la puerta.

-       ¡Abre, sé qué estas ahí, Víctor me avisó de que habías aparecido! –le gritó, y se levantó rauda y veloz a abrirle-.
-       Joder con el portero, ¿ahora se ha metido a pregonero o qué? –contestó de malos modos-.
-       No, pero le convencí para que me avisaras en cuanto asomaras la patita y al ver que no contestabas al móvil ni a los mensajes del contestador, me mosqueé –le contestó la Mari yendo tras ella hacia la cocina-. ¿Estás bien? ¡Estás tela de rara esta semana! No te creas que tus llamadas telefónicas me han convencido mucho.
-       ¡Estoy bien! –dijo ella-.
-       Ya, ya lo veo –contestó su amiga levantando una ceja y quedándosela mirando-. ¿Qué pasa? ¿Es Natalia?

Alba no pudo evitar levantar la cabeza un segundo en cuanto escuchó ese nombre... "¿tanto se me nota?" se preguntó, pero no dijo nada. En su lugar abrió la nevera, sacó una botella de vino, y se dispuso a preparar unas copas.

-       ¡Vale, es ella! –dio por hecho Maria-.
-       ¿Quieres una copa? –le preguntó sin mirarla, estaba muy cansada y el hueco en mitad del pecho volvía a aprisionarla. Al ver que no contestaba, y sentir que la seguía observando, volvió a preguntarle gritando-. ¿Quieres una puta copa o nooo?

Maria entonces corrió hasta ella y la estrechó con fuerza entre sus brazos. Ella trató de zafarse, de empujarla y golpearla en el pecho, pero no se apartó, luchó contra la fiera que estaba sacando y la venció. Alba cayó entre sus brazos llorando, su amiga se dejó caer con ella hasta el suelo y la consoló.

-       Todo va a ir bien, tranquila –le susurraba mientras le acariciaba el cabello y la dejaba desahogarse-.

Natalia:

Estaba tan nerviosa imaginando dónde estaría la rubia en aquel momento, que empezó a beber. El que apareciera por el Dulcinea aunque fuera con una clienta, al menos significaba una oportunidad para ella, pero a medida que empezaron a pasar las horas y se iba haciendo tarde, la idea de que estuviera follando con otra iba tomando color, haciendo que se le calentara la sangre de tal manera que sin darse cuenta empezó con los licores más fuertes.

Sex education. //Albalia.Where stories live. Discover now