15- Bombona de oxigeno.

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Natalia se cepilló los dientes. Tras el baño y vaciar aquel peso que sentía en las entrañas, se encontraba mucho mejor. Se miró al espejo y se reconoció... "Nat, te estás perdiendo", le recriminó la imagen del espejo, y agachó la mirada mientras terminaba de peinarse el cabello aún húmedo.

Cuando salió del baño, Alba la aguardaba sentada en la cama con un pijama puesto.

- He pensado que te sentirías mejor si dormimos vestidas –le dijo y esbozó una dulce sonrisa para la morena, aunque ahora era ella, la que realmente estaba asustada-.

Natalia esbozó una tímida sonrisa.

- Sí, será mejor –le contestó.
- ¿Puedo entrar yo ahora? –le preguntó señalando el baño-.
- Sí, claro –le contestó ella y vio como una extraña versión de la chica se deslizaba al interior del aseo-.

Quiso seguirla, pero al llegar a la puerta oyó como vomitaba también... "Diosss... la he cagado otra vez"...

- ¿Alba estás bien? –le preguntó a través de la puerta-.
- Sí, sí,... no te preocupes. Es que con el susto se me han revuelto las tripas -le dijo esta-.

Ella suspiró angustiada.

- Lo siento, lo siento... sé que no soy alguien fácil de llevar –se disculpó aterrada ante la idea de haber vuelto a hacerlo-. Si, si no quieres volver a verme, lo entenderé.

La voz de Natalia apenas había sido un hilo atemorizado. Alba abrió de pronto la puerta con el cepillo de dientes enfundando una de sus manos.

- ¡No vuelvas a decir una cosa así, nunca! –le dijo con autoridad e incluso ira-.

La morena se asustó.

- ¡Tú no has hecho nada malo, y no quiero que te disculpes por ello! ¿Me has entendido? –le preguntó Alba. Ella asintió con la cabeza-. Que quede muy claro, ni esto ni nada parecido va a hacer que te deje, si es necesario que compre una puta bombona de oxigeno, la compraré, pero no pienso dejarte sola, te dije que te ayudaría y así va a ser, ¿algún problema con ello?

Ella sonrió, estaba muy sexy cuando se enfadaba.

- Sólo uno –dijo tímidamente-

Viendo que no contestaba Alba preguntó.

- ¿Cuál?

- Qué también me pones cuando te enfadas... igual necesitamos la bombona esa –y la sonrisa tímida de La navarra hizo que  riera-

-jajaja... joderrrr... mierdaaaaaaaaa.... Jajaja –Alba se volvió a meter en el baño entre risas, y se empezó a cepillar los dientes mientras la miraba desde el marco de la puerta-.

- jajaja.. ¿Qué?... ¡es que estás muy sexy!, ¡de verdad!... -le dijo Natalia más relajada ante aquella risa que la había reconfortado-.

- jajajja... ¡esto es increíble!...jajjaja... -se enjuagó la boca y la miró-. ¿Siempre vas a ser así?

- ¿Así cómo? –le preguntó ella elevando una de sus cejas con suspicacia-.

Alba se acercó hasta ella, y sintió que el corazón volvía a acelerarse.

- ¡Tan adorable! –le susurró... y ella recordó como aquella misma boca le había suplicado que no se detuviera apenas una hora antes-.

- ¿Adorable? ¿Desde cuándo las pijas somos adorables? –le preguntó para distraer a su corazón-.

- jajaj... no lo sé, pero tú muchachita, lo eres... -le dijo la rubia-. ¿Qué, te ayudo a cambiarte?

Se brindó sensualmente viendo que Natalia aún estaba en albornoz.

Sex education. //Albalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora